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martes, 28 de febrero de 2012

Somos prisioneros


Somos prisioneros y te siento y miro lejanas mis palabras, más que mías son tuyas y de mis manos surgen los poemas de amor que tú inspiras.
Llenas mi alma toda de sortilegios mágicos y poéticos y quiero que las oigas, que te lleguen proféticamente puras porque voy tejiendo con todos los poemas un collar infinito para que te envuelva y no te alejes nunca más de mí.
Todo hace el amor en este enmudecer de dos, me habías prometido un silencio como un fuego, una casa del silencio y de pronto el templo es un cerco de amor y la luz una lluvia de estrellas.
Tensas las fuerzas vírgenes, dormidas en el ser y así la dicha se anuncia en ansia ardiente, inminencia galopante uniéndonos en este alejamiento sin miedo, franqueándonos su paso a lo imposible.
Somos prisioneros de cascadas de sonrisas, tu nombre llueve en mi piel como una cadena de flores.
Sólo tú a mi lado suspendes con tu voz mis suspiros y en nuestro suave tiempo imaginario rumorean corazones de agua.

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