Existir en plenitud, vivir la vida segundo a segundo en el Hoy, con fe en los recuerdos del ayer y en la oscura memoria de frondas que ya son pasado, futuros fueron de innumerables estíos.
Existir en plenitud, ser feliz en el aire diáfano y puro dejándome estar en sus brazos, volar donde ellos vuelen a sus rumbos marcados, apoyada en su pecho donde encuentro resguardo y paz.
Existir en plenitud es estar en la luz, entrar en ella, plena de amor, en tan dorada dulzura, sentir que amo desde los luceros altos.
Irradiar el fulgor de la existencia que seca las fuentes del llanto y me estremece de felicidad en cada instante de vida.
Existir en plenitud como el nardo juvenil que guarda los bálsamos de vida en la secreta lumbre que alumbra mi corazón enamorado.
Necesito los carismas divinos de la luz y del canto para vivir amando, quiero ser en ti mismo una huella imborrable y un recuerdo constante y una sola verdad.
Existir en plenitud es ser en tu vida algo más que un instante, algo más que una sombra y algo más que un afán porque llegaste a mi vida como un susurro pleno de palpitantes caricias.
Existir en plenitud, viviendo como en un amplio jardín florido, donde la brisa que entre las flores pasa con los cálices frescos se perfuma mi vida.
Existir en plenitud cuando la luz matinal brilla y se irisa entre espumas de aguas puras y bajo el verde de las tupidas frondas sobre la grama de la tierra negra.
Existir en plenitud, contigo a mi lado, feliz seré mirando a las felicidades que vuelan de la rama y del pájaro. Feliz seré por los caminos que cerrados tenía y tú, mi amado, los abriste al amor.
Existir en plenitud, amando, acariciando a mi amante como agua clara que se oye y ya no se oye, entre sonido y silencio, tras la arboleda como vergel prieto y brillante.
Vivir no es sólo existir, sino existir y crear y en plenitud las palabras de amor, los poemas, fluyen claros y precisos, gozando entre sueños, entre hojas nuevas que los esperan ansiosas porque tú las esperas.
Existir en plenitud, contigo a mi lado, feliz seré mirando a las felicidades que vuelan de la rama y del pájaro. Feliz seré por los caminos que cerrados tenía y tú, mi amado, los abriste al amor.
Existir en plenitud, amando, acariciando a mi amante como agua clara que se oye y ya no se oye, entre sonido y silencio, tras la arboleda como vergel prieto y brillante.
Vivir no es sólo existir, sino existir y crear y en plenitud las palabras de amor, los poemas, fluyen claros y precisos, gozando entre sueños, entre hojas nuevas que los esperan ansiosas porque tú las esperas.
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