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lunes, 26 de diciembre de 2011

Palabras desopilantes


Palabras desopilantes, imprevistas, irresistibles, que hacen cosquillear el alma y reímos sin saber razones ni porqué.
Tienen luz propia, irradian ternuras deseables, inocencias perdidas.
Palpitan primero sin pronunciarlas y de golpe se asoman a nuestros labios y un vértigo de risas por dentro nos inunda, hacia el mañana.
Ya las siento llegar por entre el manto de llanto que me envolvía y la alegría de la mano me llevó hacia ti, mi consuelo, mi cómplice de crear palabras nuevas, nuestras sólo.
Palabras desopilantes nos llegaban para existir despacio o de prisa y nos las decíamos entre carcajadas de espuma para vivir sin más.
Y entonces nos dejaban ingrávidos, flotantes  en el puro vivir si sucesión , salvados de motivos, de orígenes, de albas.
Y sin mirarnos a los ojos, desde lejos , supimos tú y yo que nos hacía falta estar juntos.
Besarnos, sí , pero con unos labios tan lejos de su causa que lo estrenaban todo, beso, amor, al besarse sin tener que pedir perdón a nadie, a nada.
Palabras desopilantes, que nos unieron en plural, todo en plural, luces, vidas y mares y cantándonos mutuamente a gritos, fúlgidos de días por venir, ¡ eso no es nada aún, buscaos bien, hay más!
Los dos ¡qué descarrío!, ¿este camino, el otro , aqué?, ¿este día, este hoy, este ahora?.
¡Qué alegría vivir sintiéndose vivido!. De alegría, de risas cristalinas, diáfanas, claras, secretísimas, con miedo de no hallarnos en umbrales, en bordes trémulos de victoria, sin ganas de ganar, sólo de vivir una vida inocente entre errores pasados con el júbilo único del existir del Hoy que va ya por encima de triunfos o derrotas, embriagados  en la pura gloria de jugar con nuestras palabras desopilantes.
Me rindo a la gran certidumbre oscuramente de que otro ser, fuera de mí, muy lejos, me está viviendo y que cuando los espejos, los azogues de almas cortas, aseguran que estoy aquí yo inmóvil como estatua de sal negándome al amor de luz, de la flor, de los nombres, la verdad trasvisible es que camino sin mis pasos, con otros, allá lejos y allí estoy besando flores, riendo, hablando porque hay otro ser por el que miro el mundo y juntos  nos unimos entre palabras desopilantes que nos despiertan entre risas compartidas

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