Mientras espero inunda mi alma el perfume
lejano de tu ausencia que acaricia mi piel y me abraza tu silencio.
Mientras espero me rodea un silencio de voces
y ojos cenicientos de cristal y te amo en la espera en un letargo impreciso que
arrastra en sus alas minutos y tormentas para acercar a mis caricias el fuego
de tu piel.
Mientras espero borro el sueño de tu lejanía,
mi delirio, mi ilusión, mi incertidumbre.
Mientras espero, te quiero en mi presente, en
este hoy de cantos de cigarras, de trinos enjaulados, de flores indefensas y de
cielo lleno de brotes blancos.
Y al sentirte, de mi alma se abren palabras
nuevas, encendidas de amor, sílabas largas, versos áureos que acarician tu ser.
Mientras espero te siento como la sombra que
me acompaña.
Te busco y te pienso, eres el que alimenta mi
espíritu y calmas mi sed.
¡Ámame!
Seré la sal de tu camino y el verde de
tu sombra acogedora.
Mientras espero, lentamente me sumerjo en la
nostalgia de tu ausencia.
Respiro desde lo hondo de mi ser esa presencia
esquiva, plena de misterio que me niega tus manos y tus ojos.
¡Qué difícil es encontrarnos!
Te encontraré
mientras espero, a través del misterio nunca bastante claro y estaré contigo en
el remanso de agua mansa, bajo la verde cabellera de un sauce.
Mientras espero, pensativa y triste oculto mi
pena muy dentro y mi corazón palpita sin engaños, buscando la paz y la ventura,
reviviendo lo que pudo ser y no fue.
Las preguntas me acosan, ¿por qué para poder
tenerte en mí, no debo tenerte para mí? ¿Toda mía es la culpa de tu ausencia?
¿Será mi culpa? ¿Y tu miedo a amarme y ser amado?
Mientras espero, más te amo cada día porque estás
en mí y la paz serena del amor que siento sacude mi soledad y me hace sentir
que acaricio el pétalo de tu sombra y que sigo viva, existo, gracias a ti.