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martes, 15 de mayo de 2012

Allá muy lejos

Allá muy lejos, tú el esperado, estás en lo lejano, eres dulce como un colibrí y la selva virgen, bajo el viento, te cobija, te ampara.
Quiero amarte tal como eres, mi alma afín  y desde el instante en que me sienta amada desde tu inmensidad lejana, mi vida oirá tu canto y los bosques reverdecerán, los arroyos desbordarán de sus cauces, así como mis ojos que te sueñan embelesada se extasiarán  ante el inesperado milagro y me volveré dulce y hermosa.
Allá muy lejos, el paraíso con aurora virgen, con nívea albura, con sones primeros nos espera en delicias de ternura.
Ya  el  crepúsculo nos  envuelve y de los tiempos del alma yo te llamo a mi vida, a tu vida,  con mi boca en tu oído, pero tú apenas  lo percibes, estamos lejos, muy lejos.
Allá muy lejos, tú me esperas  y mi espíritu se engrandece y en el recibir se alegra, en un virginal reflejo.
Vayamos tú y yo juntos como el viento, nómades del viento y transitemos por la expansión del Universo. 
Pienso en ti esta noche y todos los días, no era pensarte con mi pensamiento yo sola, desde mí. Te voy pensando conmigo, exactamente, en el ancho mundo tuyo, allá tan lejos.
 Allá  muy lejos, detrás del horizonte, sé que tú me esperas, nadie puede encontrarse allí contigo, pero yo iré por el aire, con alas largas y leves y me posaré en ti con una red de caricias y encendidos ensueños que ni el alba desvanecerá.
Allá muy lejos, alumbrando nuestro paso nos encontraremos  bajo cielos estrellados en las fronteras últimas de este mundo donde el amor se consumirá en una solitaria cita de dos, de besos y alas enlazadas...

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