Besos esquivos,
entre tu verdad más honda y yo me ponen siempre tus caricias leves.
Tu boca es mi
única ley, tu boca de dulces y miel.
Tu boca que sin
prisa besa y me apasiona es la cárcel de fuego de tu aliento que enciende mi
boca y hace que mi cuerpo se desborde en un sentimiento puro y callado que se
pierde en mis adentros para estallar en tu cuerpo y gritárselo a tus sentidos
para que así terminemos unidos en un grito de pasión que sólo escucha nuestra
piel.
Besos esquivos,
quisiera yo, amado, tus besos esquivos de aliento de cerezas elocuentes, de
labios frescos, almíbar, ciertamente, quisiera yo tu beso fugitivo.
Tus besos son de
noche aún más ávidos y ardientes y nuestros labios cavan en la aurora un
espacio del gran besar nocturno.
Un beso no
esquivo te pido a ti, mi amado amante, para el fuego que viene en mis entrañas
encendido, por tu boca mi ruego escucha para que mi razón de vivir no grite por
sosiego y mi corazón clame por otro latido al sentir tu beso ausente.
Besos esquivos,
los busco, los persigo, surgen en mis poemas de amor para que viajen hasta tu
alma y despierten en ti la dulce estrella de la pasión, ojos de luna, corazón
suave y tierno que me dará sus besos de miel y así las venas de tus
sentimientos se abrirán como un jardín florido.
Mi dulce amor,
espero tus besos esquivos, sin ellos la vida no tiene sentido, te has
convertido en mis poemas eternos, mi luz, mi inspiración… Cuánta lucha y dolor…
Lágrimas, poemas, desafiando la razón y resistiendo distancias y tiempos.
Hoy pintamos
poemas, plasmados de besos, adornados de abrazos, caricias, susurros, fuego… No
hace falta pluma o papel pues nuestros cuerpos hoy… se convirtieron en
lienzos...
Besos esquivos,
ya no más, hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor
condenatoria, hay besos que se dan con la mirada, hay besos que se dan con la
memoria.
Quiero besos
silenciosos, no esquivos, sí nobles, sinceros, no enigmáticos, sí besos que se
dan sólo las almas verdaderas y sentidas.
Quiero besos que arrebaten
mis sentidos, misteriosos, que dejen en mi alma mil sueños errantes y perdidos,
besos perfumados, tibios que palpiten en íntimos anhelos ya que parecen
azucenas por sublimes.
¡No más besos
esquivos! Quiero besos que en mis labios dejen huellas como un campo de sol
surcado por un amor verdadero y único.
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