Pasión sin rostro, ¿eres tú el esperado? a través de la vida
que pasa, espero no sólo fugaces dichas, sino la esencia de verdaderos
sentimientos plenos de júbilos y plácidos encantos.
¿Dónde estás tú, el desconocido? No te encuentro ni en mis
estrofas, los sones que de mi vida van brotando, son los pasos de las visiones
que conmigo lo andan buscando.
¿En qué lejanías te escondes? Tu alma la siento cerca, tu
rostro no lo he de hallar.
Inútilmente pido noticias de él al viento, al ave, a la
flor, a la fuente y a los astros del firmamento.
Más no he de dejar de buscarte, ya una voz secreta me
susurra, ¡sigue! ¿Qué te importa no hallarle? ¡Sigue! ¡no te canses, poetisa!
Sueño mis versos y soy feliz, sólo con soñar con tu rostro,
canto ¿qué importa no ver la raíz si todo el rosal está en flor?
Pasión sin rostro, ¿Dónde ocultas tu alma? Por hallarte no
reposo, vuelo bajo el cielo y sobre el mar ¿Dónde vives, solitaria, misteriosa?
Tu pasión la siento cerca y no sólo como un sueño que se
esfuma, sí como un anhelo dulcísimo de añorar tu presencia.
Nuestras almas, en lenguaje sutil cuando los cristales se
duplican, se encuentran y se enlazan.
Pasión sin rostro, mis sentimientos se cruzan y mis anhelos
anudas, habitas en mis sueños y conozco tan sólo un rincón de tu alma.
Primero fue un poema de amor que envié a tu alma sin rostro,
luego otro y luego otro sobre las costas de tu espíritu se fueron amontonando
con fuego de pasión.
¿Quién eres? ¿Cómo eres? Soy tan solo una mujer poeta que busca
el amor como increíble recompensa de los cielos e ilusión llegada como magia a
mi alma.
Pasión sin rostro, como una máscara misteriosa, sin
apariencias reales que no representan quien eres pero que dentro de ti, muy
dentro, está la confianza personificada en un rincón de tu alma y la calma
inunda mi alma si tú te acercas.
Pasión sin rostro, vuela mi corazón hacia ti, pleno de
ilusiones y esperanzas, atadas con cadenas de estrellas a la sombra de un árbol
y con cantos de pájaros perdidos en la brisa, dejando un invisible rastro de
alegrías y anhelos.
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