Voy en busca de
la serenidad, del sosiego en el tumulto, reposo en la fatiga, esperanza en la
decepción.
Escaparme por
milagro al silencio del naufragio del alma, en el alba, para surgir sin tardar
en una nueva vida con quietud de alta noche y que con un gran soplo de amor
henchidas las nuevas velas cerrando un mar y buscando otro.
Encarnación
final, jubilosa, nacer por fin en una alegría inminente, unidad radiante de
vida buscando la nueva luz que nos encamina a una senda plena de amor
¡Resolver, es
desnudarse de todos los apegos! ¡Ah! ¡Apegos! Sí, los que se van cogiendo a lo largo de la
vida, no, vayamos en busca de la
serenidad, de la paz, de la alegría ,del amor verdadero, el que rezuma del cuerpo ,de los sentidos y hace feliz a
todo aquel que está en su esfera, en su cercanía, en su alrededor.
Serenidad que
busca una relación entre el ser y su entorno, necesaria, espontánea,
nutrida de sensaciones de entregas, de
expresiones, encontrando paulatinamente su lugar, allá, en ese rincón único,
Con serenidad y
alegría inminente me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que todas las
circunstancias se adapten a mis deseos. Voy hacia olas de un amor nuevo, con
serenidad y seguridad de encontrarlo.
Firme bajo mis
pies, cierta y segura, de piedra y de música por dentro en una nueva canción creada desde lo hondo, con
alegría inminente, derribando puentes ,cruzando ríos veloces y furiosos
,mordiendo orillas para llegar intacta y pura al lugar esperado.
Como un volcán
de alegría, energía pura, miel de ámbar, procuro encontrar el amor positivo,
único que como el sol que nace y brilla cada día es el amor que soñé.
¡Alegría inminente! Llego al momento justo, donde como
el viento tibio del verano mi corazón palpitará de sueños verdaderos,
reverdecerá el alma con nuevos colores hacia un destino feliz.
Amor que viene de
lejos, quizás fugaz pero deseado, eterno
y en un momento de su tiempo infinito si nos toca en la frente, será la vida
nuestra…
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