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lunes, 18 de junio de 2012

La luz prestada

                                  

La luz prestada, esa que yo te di, que iluminó tus pasos, que te dio brillo y resplandor, esa que no supiste valorar, la que alimentó tu espíritu y calmó tu sed.
La luz prestada, que bebiste como el sol en la tarde, que encendió fuego en leña seca, esa luz que se llevó el viento del crepúsculo que entorno a tí da vueltas, el sol será mañana un plato de lujuria.
La luz que tuviste no vino de tí, es que vino de los soles, de los ríos, de la oliva y te inundó la oscuridad.
La luz prestada se abrió como ventana sorprendida derramando su fulgor de luciérnagas.
¿Ya no sientes la falta del destello que te llevó hacia mí?
¡Qué dolor que no hayas comprendido la entrega de mi todo que te di!
¿No te das cuenta de que te has sumergido en mares de tristeza y en vano buscas un camino para salir de tu noche?
Todo en tí ya es silencio, el eco no te responde, las chicharras no las escuchan tus oídos y en tus sueños ya no hay más luz, estás en la ausencia del no retorno, tu ceguera no te deja ver mi luz.
¡Estás en un cielo monosílabo donde nadie siente tus pasos!
Eres un inútil gentil-hombre desnudo y blanco con venas sin estrenar, ya la sangre no corre, está seca, sin chispas que en nada prenden.
Vivirás sin la belleza, la alegría, la risa, el canto, el amor.
La luz prestada intangible, leve y veloz se fue de tu lado y no la alcanzarás nunca más.
¡Qué lejos estamos y qué cerca estuvimos!
Lentamente en mí un nuevo amanecer se acerca que hace que la tristeza se fuera al pasado del ayer, oscureciste mis días pero ahora renace en mi alma la luz brillante que otra vez inunda mi existir.
El tiempo contigo ya no existe, saliste de un tiempo que no dejó huellas ni señales.
¡Qué milagro ya puedo decir pasó y partió!
La luz prestada, partiste a rumbos confundidos los que te llevarán a lugares misteriosos, secretos, sin retorno.
Tu silencio ya no duele, mi alma se ilumina y los poemas de amor, frases erráticas, cortan el aire como flechas afiebradas, buscando ilusiones nuevas.
Ya desperté de la sombra en que me dejaste, atónita y absorta en que te fuiste a otro tiempo, buscando otros amores, otras miradas, otros besos.
Despierto en un rítmico volar de dulces sueños que me llevan al ideal de amar y ser amada, suspiro con el máximo esplendor de que existe el amor anhelado que me abre con su encanto de quimeras a un existir nuevo.

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