La luz prestada,
esa que yo te di, que iluminó tus pasos, que te dio brillo y resplandor, esa
que no supiste valorar, la que alimentó tu espíritu y calmó tu sed.
La luz prestada,
que bebiste como el sol en la tarde, que encendió fuego en leña seca, esa luz
que se llevó el viento del crepúsculo que entorno a tí da vueltas, el sol será
mañana un plato de lujuria.
La luz que tuviste
no vino de tí, es que vino de los soles, de los ríos, de la oliva y te inundó
la oscuridad.
La luz prestada se abrió
como ventana sorprendida derramando su fulgor de luciérnagas.
¿Ya no sientes la
falta del destello que te llevó hacia mí?
¡Qué dolor que no
hayas comprendido la entrega de mi todo que te di!
¿No te das cuenta
de que te has sumergido en mares de tristeza y en vano buscas un camino para
salir de tu noche?
Todo en tí ya es
silencio, el eco no te responde, las chicharras no las escuchan tus oídos y en
tus sueños ya no hay más luz, estás en la ausencia del no retorno, tu ceguera
no te deja ver mi luz.
¡Estás en un cielo
monosílabo donde nadie siente tus pasos!
Eres un inútil
gentil-hombre desnudo y blanco con venas sin estrenar, ya la sangre no corre,
está seca, sin chispas que en nada prenden.
Vivirás sin la
belleza, la alegría, la risa, el canto, el amor.
La luz prestada
intangible, leve y veloz se fue de tu lado y no la alcanzarás nunca más.
¡Qué lejos estamos
y qué cerca estuvimos!
Lentamente en mí un
nuevo amanecer se acerca que hace que la tristeza se fuera al pasado del ayer,
oscureciste mis días pero ahora renace en mi alma la luz brillante que otra vez
inunda mi existir.
El tiempo contigo
ya no existe, saliste de un tiempo que no dejó huellas ni señales.
¡Qué milagro ya
puedo decir pasó y partió!
La luz prestada,
partiste a rumbos confundidos los que te llevarán a lugares misteriosos,
secretos, sin retorno.
Tu silencio ya no
duele, mi alma se ilumina y los poemas de amor, frases erráticas, cortan el
aire como flechas afiebradas, buscando ilusiones nuevas.
Ya desperté de la
sombra en que me dejaste, atónita y absorta en que te fuiste a otro tiempo,
buscando otros amores, otras miradas, otros besos.
Despierto en un
rítmico volar de dulces sueños que me llevan al ideal de amar y ser amada,
suspiro con el máximo esplendor de que existe el amor anhelado que me abre con
su encanto de quimeras a un existir nuevo.
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