Te voy a contar
un secreto, aprendí a querer. Mi corazón
tuvo un vuelco, puedo ver la vida con ojos de amor, con ojos de cielo, el
perfume de una rosa, las estrellas en el azul firmamento.
Aprendí a querer la vida, a gozar viviendo a
pleno, puedo soñar despierta, puedo decir te quiero. Mi querer es de agua tranquila, ni brilla ni
arrastra piedras, pero no es esa
apacible ternura que no hace huella.
Mi querer es
tener la vida repartida por igual entre
el amor que sentimos y la plenitud de Amar,
¡Sensación de
amar! ¿Serás amor un largo adiós que no acaba? Amor es un retrazo milagroso .es
prolongar el hecho mágico que uno y uno son dos.
¿Dónde está el
querer? ¿Vuela, corre, descansa? ¿Es árbol, nube?
¿Se lo coge a
puñados como al mar o cae sobre nosotros en el sueño sin despertar ya más?
No quiero que te
vayas, mi querer, última forma de amar. Me estoy sintiendo vivir cuando
despiertas. Ya no estoy sola, tengo el
querer a mi lado, me acompaña el sentirlo en la alta noche ,en la oscuridad, en
el frío.
A mi querer lo pude encontrar allí en la
distancia, donde estaba ausente y ahora lo veo, lo siento, sé dónde está. Fue
mi pensamiento a sorprender su sueño, su risa o su juego.
Tiene mi alma suspensa toda sobre el gran
vacío como una forma ausente y toda mi sola vida es un querer llegar hacia el
amor en una absoluta espera inmóvil sin otras alas que silencios.
Y al clarear el amor inquieto se llena de
cantos, de risas, de poemas y revolotean las hojas como en otoño y despierta se
muestra la vida…a que se la viva, a que se la sienta…buscando el mensaje de un
querer…
No hay comentarios:
Publicar un comentario