Mi vida sin ti ya no tendría sentido, sin tu
existencia que me inunda raudamente todos los momentos de mi mente inquieta.
Sin mis frases de noble sentir, mis cláusulas
marmóreas, blancas y sin cuerpo, pasarían lentas y leves dentro de mí, sin
llegar a las páginas de colores que cambiarían apergaminándose y terminando en
leve y suave polvo de la nada.
Poesía, mi vida sin ti no tendría mágicos
alfabetos en hojas sin tacha ni rasgos de cristal en monosílabos brillantes que
se clavarían en lo hondo de mi alma.
Mi vida sin ti, sería no existir, que mis
manos no llegaran al papel y la horas pasaran lentas, pausadas, débiles,
tristes, sin sentir las vibraciones de componer con celestes temas de amor,
odas lejanas.
Poemas de amor no escritos, guardados en el
fondo del alma, en huecos invisibles donde se esconden y huyen, ahogan mi
confusa mente en órdagos de pensamientos oscuros y tristes.
Mi vida sin ti, sin la escritura de letras,
abecedarios vírgenes, la que llega y sin tocar el papel, ya se fue rápido,
indescifrable, la que con plumas veloces sobre otras precipitadas borra, apenas
escribieron en mi página en blanco, breves y sentidas palabras de amor.
Parecen escritas por otras alas, lo esbozado
por mirlos, las palomas lo arrebatan.
Poesía amada, no podría vivirla, imposible
sería dejar en blanco las hojas de la mañana, pluma tras pluma hasta llegar la
oscura noche que hace temblar mi corazón.
Poesía amada, ¿Cómo, de qué manera, vivir sin
los poemas, sin sentir su aroma, su pureza guardada, sus bosquejadas formas
indefinidas, lo no escrito, lo callado?
Quiero seguir contigo, mi verso abierto
paraíso, luz de mi alma, pureza de mi mundo, amor de mis cielos, encantos de
mis sueños, consuelos de dolores y de heridas no sanadas.
Poesía amada, viviría en un simulacro de no
verdades ni sentimientos de amor que me llevaran al mundo encantado del más
allá.
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