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jueves, 14 de junio de 2012

No estar contigo



No estar contigo, te desviaste de la senda en la que yo te estaba buscando. Te entreví soslayadamente, intuí tu venida, te esperé con todas mis ansias, mi cuerpo entero clamaba por ti.
Viniste hacia mí raudamente como relámpago de luz iluminando mis mares internos y te internaste con alegrías, con ternuras y deliciosas caricias como un pájaro picoteando un campo pleno y fecundo de semillas estremecidas de ser encontradas.
Tu llegada duró sólo instantes, ya no estoy contigo y te extraño tanto que mi corazón se estruja, vibra, palpita y se anega de lágrimas largas, interminables, la desilusión me colma y mis pesares inundan mi alma que confundida y estremecida no puede comprender los por qué de estos tan sólo instantes de felicidad total y prodiga.
No estoy contigo, no lo estaré nunca más en esta vida del Hoy, ni del mañana.
Mi afán ciego por creer en tus promesas de amor no me dejaron ver que ibas a ser en mi camino sólo una estrella fugaz.
Bañaste mi alma de luz por un instante y como un cometa raudo y veloz su estela dejó marcas indelebles en mi cuerpo y en mi espíritu.
Contigo sentí el perfume y la suavidad de una flor recién abierta.
Suave curva la entrega de nosotros como pájaros que en busca de lo soñado hacia todas partes vuelan ensayando todos los cantos de las aves que toda la Tierra pueblan.
No estar contigo es sentirme como colmena vacía, sin zumbidos y latidos ya que mi alma está seca, es como hundirme en un mar de dolorosas tragedias, me hiciste mal, me hiciste bajar a un abismo donde la luz no penetra.
No estar contigo es sentirme atrapada en un laberinto de verdes follajes donde los pájaros no responden y en un intangible ensueño lejano de las flores se esconden.
Y así dejaste mi alma triste y abatida viviendo sólo en la bruma donde mis ilusiones se pierden.
Te pienso y te retrato fiel sobre el heliotropo del crepúsculo idealizándote con ímpetu alado.
Sólo eres ahora un triste recuerdo, un tesoro no conquistado, un espejo donde no se reflejan nuestras imágenes.
¡Vete ya! ¡No regreses! No me encontrarás en la inmensidad del tiempo, ya eres una saeta que se perdió en el azul cielo.
Para tí escribí los versos de amor que no llegaron nunca al papel que los esperaba con ansias entre el olor de tomillos y de madreselvas.
¡Qué dolor a mi pecho se derramó! Voy en busca de la lluvia que limpia y rejuvenece mi alma e ilumina mi rostro con una sonrisa para el nuevo amor que se acerca.

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