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domingo, 17 de junio de 2012

Tiempo en la nada


Vivir en vaivenes, en movimientos continuos en un ir y venir por un azaroso camino sin final sobre la eternidad del tiempo.
Vivir en la nada es como un barco sin puerto donde anclar, es como querer alcanzar lo inalcanzable.
Silencio, silencio en la nada, no repican las campanas pero el sol ya se asoma iluminando mi andar aún solitario. Ya en la penumbra de la noche las estrellas titilan destellan suplicando luces en el tiempo de la nada,
Misterios, goces eternos que nos llevan a buscar lo no logrado, a buscar lo que no está en pretender instaurar la calma en la tormenta, para colmarnos de ilusiones vanas y felicidades perdidas.
Se detuvo el tiempo en la nada y surgió de lo profundo el amor olvidado y cada noche resurge a cada instante llevándonos a sendas ya transitadas.
El aire está lleno de esperanzas en vuelo las encuentra y las traspasa y con su inmensa fuerza ciega, encuentra el camino hacia lo esperado.
Volver a soñar, amar, a vivir y compartir la dicha de un amor nuevo encontrado en el tiempo de la nada…sin ausencias rotas ni nulidades vanas, dejando marcas sobre el mundo todo y huellas exactas en el anhelado futuro, todo es eternidad del milagro como un soplo imperceptible del nuevo amor. 

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