Páginas

lunes, 30 de julio de 2012

Sólo un instante


Me queda poco tiempo, quizás sólo un instante, me estoy muriendo de amor y te necesito, siento la casa de mi cuerpo vacía, silenciosa, fría.
Sólo un instante te espero para que vuelvas a habitarla, sólo te veo en mis sueños, recorriendo las calles de nuestra historia, mirándome con una inmensa dulzura que hace destruir todo el miedo que hay en mis ojos, pero cuando me despierto me ahogo en un llanto que me recorre íntegra.
Como se hace en sólo un instante, arrancar este dolor que siento, para no querer sentir el sabor agridulce de tus labios, para tener de nuevo tus caricias o para no vibrar cuando te pronuncio.
En un solo instante, un día sin   darme cuenta puse una barrera indestructible entre tú y yo.
Era lo esperado con miedo, lo inevitable y ahora me estoy muriendo de amor, la vida se me escapa, me siento asfixiada, y a pesar de todo me queda el último aliento para decir te amo.
En solo un instante, veo vagar sin rumbo y sin torpezas, caricias, largos goces iniciados, abrazos no dados como si aún no se supiera en qué lugar de los cuerpos el acariciar se acaba y anduviéramos   buscándolo en lento encanto, sin ansia.
Te quiero y me lo digo y es como un despertar de un no decirlo, sin designio de qué no sepa nadie, ni tú siquiera.
En solo un instante, lo escribo en los papeles tan en blancos, inspirada por las músicas casuales que  se encuentran al abrir los secretos de la noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario