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miércoles, 5 de septiembre de 2012

Fuiste tú…


Fuiste tú, me dejaste en el mundo irreal de la poesía, mundo mágico donde estoy sola, en otra dimensión, viviendo momentos únicos conmigo misma.
Mis prosas poéticas de amor, son paradisíacas, tiernas, dulces, a veces severas, duras, despiadadas, adoloridas y ¿cuál es la razón que me insta a estar jugando con las palabras, saboreándolas, deleitándome con ellas? ¿Es que existe una razón verdadera? No, es irreal, es del otro mundo, de otros cielos, de otros horizontes y vienen despacio, sin apuro, sin prisas a buscarme y a llevarme a lugares lejanos y secretos.
Fuiste tú… mi inspiración, mi númen, mi amor consagrado hasta el último anhelo de mi alma.
Me haces vivir en nostálgicos y melancólicos suspiros que desde mi mundo interior surgen aún más allá de la nada, del no existir en esta realidad sin amor verdadero.
Fuiste tú… me transformaste, soy y seré un ser diferente desde el instante en que apareciste en mi vida, me enamoré del AMOR, me diste el todo que siento que soy hoy.
Entre metáforas, sílabas, letras, frases, sinónimos, mi mente se va sola con ellas a danzar, a disfrutar de la música, a amar la vida con total intensidad y sin saber por qué con prisas, prioridades inusitadas quieren ir a las páginas en blanco, corren, se entrecruzan, se vuelcan perdidas sin saber qué expresar, si es el amor el intenso o el tranquilo dulzor de caricias no sentidas.
Se van enhebradas en letras tejidas con encajes de fulgores brillantes, opacos, refulgentes a recorrer el orbe en mantos de amor para envolver en redes las almas necesitadas de sentimientos puros, inocentes y vírgenes.
Fuiste tú… cambiaste mi entorno, mi sensibilidad más honda, más sentida me elevó a bordes abismales de remotos tiempos, de ayeres y de presentes inesperados con profundos deseos de amar y ser amado.
Fuiste tú… la que despertaste mis ansias, mis angustias, mis puros deseos de volar sin alas, lejos, muy lejos, a cielos azules entre nubes áureas como campos de algodón, buscando el don de la esperanza, el deseo de vivir volcando mi sentir en trozos minúsculos de papel o en hojas apergaminadas o en caminos de arena donde se borran con la espuma del amor.
Fuiste tú… me diste la vida, esta vida mía que me hace amar por sendas sin fin, derramando como pétalos de jazmines sentimientos hondos, sinceros, únicos, transferibles de un alma a otra, tendiendo mis anhelados puentes donde la vida renace y el ser humano se une entrelazando dedos, manos, brazos, mentes para limpiar nuestro planeta de oscuros y misteriosos sentimientos malvados y mezquinos.

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