Tinieblas, noche
oscura, así se encontraba mi vida hasta que te conocí y fuiste luz en la
oscuridad.
Apacible
luz que se cuela caprichosa desafiando el destino y a la vida.
Luz en la
oscuridad que hizo renacer en mí un sin fin de emociones dormidas, ¿cómo lo
hiciste? no lo sé.
Luz en mi
vida, destello en la noche, que pude con mis manos tomar y para mi vida es un
fresco renacer.
Luz en la
oscuridad, que no pide nada a cambio del amor, sagaz ilusión hecha realidad,
siempre pura en horas limpias que bosquejan por el aire lo que yo escribiría en
mis hojas en blanco.
Dejas que
acaricie tu corazón, me lo das como un cristal que quiero y necesito proteger.
Luciérnaga
hermosa en tu luz me complace amanecer, préstame tus alas, yo también quiero
volar.
Luz en la
oscuridad, me regalas apacibles rayos de vida, ¡te quiero, regalo de vida!, soslayémoslos sin prisa, entre luceros del alba, circos de
la noche, estando juntos, muy juntos.
Sin
dolores, sin penas sin pesares, hasta que el infinito universo se minimice ante
nuestro amor desde el principio al final.
Luz en la
oscuridad, lámpara que divisa horizontes nuevos, con música de fagot, flauta y
contrapunto llevándonos al placer de estar juntos tocando eternas melodías
apasionadas.
Luz en la
oscuridad, candiles encendidos nos alimentarán el amor, fanales y quinqués
alumbrarán nuestras caricias y suspiros llevándonos de nuestra razón de vida
como un cántico ligero y leve en una nueva dimensión de amor…
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