Si
en mis sueños te nombro sin que lo sepas, pregúntale al viento todo lo que un
día prometimos realizar juntos, muy juntos y sólo en sueños se quedó tan solo
por unos instantes porque si no compartimos cada momento de nuestra vida ésta
no tiene sentido.
Sí,
pregúntale a tus noches frías si mi cuerpo no extrañas.
Pregúntale
al viento si al pasar me besa, sólo por besar, si enreda mi pelo por acariciar,
si su brisa lleva lágrimas de sal.
Pregúntale
al viento todo lo que pienso en ti y si al pasar el tiempo se lleva en el aire
algo más… si me vio llorar por ti cuando silba, canta, gime… cuando hace esos
ruidos que me hace temblar.
Pregúntale
al viento que me sucede cuando no lo siento, no me toca, por qué no me besa,
por qué va de prisa, cuán grande es mi amor por ti y por qué a veces lloro sólo
por llorar.
Pregúntale
al viento si tu amor está en mí como mar en la popa del barco que zarpa en la
ruta que añora.
El
flamboyán deshojando sus hojas al soplo del viento va, pregúntale si a mi vida
unida la tuya está.
Pactaron
las nubes y los vientos para unirnos cada día más, escondernos en nuestras
miradas, hablarnos en nuestros silencios, desnudando nuestros sentimientos en
versos que te escribe mi alma.
Fuego
de amor que acaricia suavemente el viento, transita por nuestras venas, se
funde en nuestros corazones.
Pregúntale
al viento el momento indicado, el anhelado, cuándo llegará el juego del amor,
de miradas entrecruzadas, de roces sin tocarnos, de suspiros gratos, de besos
que se llevará el aire a través del tiempo porque nuestros sentimientos vuelan
ingrávidos como el viento.
Pregúntale
al viento por qué te busco y te añoro, por qué suspiro en cada eco cuando tú no
estás y cuando te encuentro, muy despacio, con lentas claridades, desemboca en
ti, cuerpo con cuerpo igual que agua con agua, corriendo juntos entre orillas
que se llaman los días más felices.
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