Rescataste mi vida, tú, el único, mi numen mi inspiración
divina que no me dejaste caer, ni doler, me envolviste en piedras verdes de la
noche oscura y me devolviste a la vida serena y calma.
Como vigía de mis poemas hiciste de mi alma un canto
arrepentido, sin temores, dudas ni falsedades y me llevaste a mirar mi entorno
con inocencia como si nunca hubiera sido herida ni lastimada.
Rescataste mi vida, quiero mirar tu rostro amado para que se
aleje de mi para siempre el miedo del engaño como un pájaro al borde filoso de
la noche.
Ahora, en éste mi otoño, me hace sentir como una niña de
tiza rosada en un muro muy viejo que súbitamente lo borró la lluvia.
Rescataste mi vida, que ahora mi corazón se abre como el
retoño de una flor.
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz, hacen de mi la
ofrenda, el ramo que florece, el viento en el umbral.
La noche es de los dos, se dispersó la niebla y mi memoria
es la sed de tenerte junto a mí, en mi fondo, en mi recuerdo.
Al negro sol del silencio tus palabras doran mi vida, por
eso escribo, no estoy sola, hay alguien aquí que tiembla.
Rescataste mi vida, voy en busca de quien soy, peregrina de
mí, voy a la que duerme en un país al viento.
Rescataste mi vida, disipaste la niebla verde de mis labios
y del frío gris de mis ojos y mi voz, ahora, a tu lado, canta con amor tierno y
dulce.
Arcano sueño, ahora, ya, no más aparecerá el antepasado de
mi triste sonrisa y hay candados pero no llaves y hay pesares pero no lágrimas.
A ti te debo todo lo que soy ahora, tengo mañanas luminosas,
no más noches sufrientes.
Rescataste mi vida, mis manos enamoradas del viento
acarician tu amado rostro aún ausente y desde mis espejos, guardo, en mi cofre
de memoria todo el olvido del ayer.
Te has llevado mis angustias, mis miedos temblorosos, mis
delirios hondos, ahora por ti baila la luz en mi sonrisa, mis manos palpitantes
se desnudas y te buscan para que me enseñes a vivir junto a ti.
Rescataste mi vida, y mis brazos insisten en alcanzar al
mundo y la danza salvaje de la alegría inunda mi corazón.
Mis esperanzas se renuevan, mi existir es ahora un pájaro en
alto vuelo hacia un horizonte sin fin y el soplo de la luz inunda mi mente
cuando escribo las palabras de amor que me hacen sobrevolar como una dinastía
de soles.
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