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martes, 25 de diciembre de 2012

Estarás en mí


Estarás en mí siempre, en ansia prolongada, incansable a través de los años porque esta espera del amor nunca concluye.
Me estremece el gran temblor del alba porque en arrullos tumultuosos te acercas a mí con desatada prisa ya que elegiste este corazón para anidar en él como escoge el pájaro el lugar donde cobijarse o cada mar su playa donde quebrarse.
Estarás en mí, acunado, protegido, amado, en un rincón de mi alma, rodeado de suspiros como aires fluyendo hacia la nada.
Estarás en mí, compartiendo mi alma y viviendo mágicas y delirantes fantasías.
Estarás en mí, tú, el único, el ser excepcional y singular que en plena sintonía me encontró como cáliz abierto esperando tu ternura, el calor, el vibrar de pasión.
Estarás en mí, porque te esperé que llegaras sin tener certeza de cuándo llegarías y tuya me sentí antes de tu llegada, tan aún vaga y lejana.
Te esperé con mis ojos cerrados y mi alma abierta y mi dicha como un capullo en flor, insomnio ya sin fin, por si no llegabas, tú el imposible, el esperado, en esta luz y no en luces soñadas.
Estarás en mí, en cada hueco de mi cuerpo y me estremeceré en tus brazos como alas leves de alondra y el trino de tu amor caerá sobre mí como la primera luz del día.
Estarás en mí entre mi dormido y virgen espíritu todo, que tu presencia despierta y sofoca de sonrosados pétalos de rosas, que como un gran revuelo inundan del gran gozo del mundo, mi alma toda.
Seré tu apoyo, tu nido, tu refugio, para ser felices en el esperado deleite del campo florecido del mundo nuestro del hoy…

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