Después de haber
sido tuya, de haber estado entre tus brazos, de haber saboreado la miel de tus
labios, te fuiste y me he quedado sola.
Sin ti ya no es
lo mismo mis prosas poéticas, mis frases de amor, se diluyen en papeles
desteñidos por la tristeza del tiempo.
Después de haber
vivido sobrevolando en el azul cielo por la dicha de amarte, ahora soy tan
solo, una sobreviviente del tiempo sordomudo en una eterna y condenada búsqueda
que aplaque esta sed clavada en mi corazón.
Después de dejar
estelas de amor por doquier, ahora me deslizo, resbalando de a poco sin dejar
ni siquiera posadas, buscando las huellas y el recuerdo de lo que ya fue en ese
minuto tan próximo o en el ayer de ayeres o en el borde mismo del ya del jamás.
Después de que
ya el amor en vilo se fue, no tiene donde pisarte y mi corazón como un gran
hueco vacío guarda tan solo un beso, el último, el que nos dimos bajo las
estrellas.
Nuestro amor, ya
remoto, quedó suspendido en gotas de agua, en nubes de algodón, en campos de
amapolas mustias de tristezas.
Después de que los
recuerdos sean olvidos en los fondos del tiempo, esperaré con ansias y anhelos
otra imagen, otra voz, otro amor que me ame ciertamente.
Y así ser libre,
querer lo que me es querido oscilando los imposibles trémulos como cañas de bambú
en las orillas del agua, después del sufrimiento viene la paz, las heridas se
cierran y las espinas que se clavaban rectas en mi pecho, desaparecen, como el
caudal sereno de un río palpitante.
Triunfo gozoso
del nuevo amor que no se nos niega, con besos, auroras, mañanas aquí en el agua
segura que canta los imposibles
posibles, de onda en onda las promesas de las dichas desatadas.
Después de que
el mundo se me había pagado en forma pasajera, llegó por fin el amor esperado,
está al alcance del querer, cerquísimo como está el ser amado cuando está
soñando a nuestro lado. sola con mis recuerdos.