Aquí estoy,
lejos de mi lar, frente al mar, conmigo misma, sintiendo la esencia de mi ser
en mi espíritu que flota sobre las olas entre nubes que se confunden allá lejos
en el horizonte sin fin.
Conmigo misma, percibiendo
aromas, murmullos, pensamientos divagantes que llegan del mas allá.
¡Sensación de ser dos voces que vibran en mi
interior azul unidos por lazos estrechos y entretejidos de recuerdo!
Vivir conmigo
misma, ¡qué maravilla jubilosa de sentirse entera!, desnuda el alma, inocente y
limpia como el mar intenso.
Soy la viajera
que a solas conmigo misma busca esos instantes breves e intensos de felicidad, viaja
con el corazón pleno de amor y las sombras de amores presentes y pasados.
Conmigo misma,
me llegan despacio a intervalos breves, rumores de amor de quien me está buscando en este presente, en noches de
espera.
Conmigo misma,
canto sin tristezas ni penas, danzo y me sumerjo en el mar que me llama sin palabras,
sólo con las olas que me llevan a sus arenas profundas.
Conmigo misma
expreso en mi mundo interior la verdad tan difícil de encontrar con palabras, en
frases y así puedo transmitir mis pensamientos en bellezas por fin llevadas a
mi interior por mi mente y espíritu, aflorados en un tiempo sin tiempos.
Conmigo misma,
la luz me inunda, me fundo en mí, en mi recinto sin misterios, sin falsedades, sin
subterfugios, y hallo el lugar donde mi alma en paz canta y danza horas, ligera
y desnuda, sin testigos, ni pesares.
Conmigo misma,
en mi soledad, no sola, voy bordando una red de recuerdos de vida en forma de
sonetos, rimas, estrofas, que envuelven el amor que tengo para dar y que en
minutos preciosos logro volcar en poemas de amor
en páginas que vuelan vacilantes con el viento.
¿Porqué milagro
aparecen esas poesías nacidas de la nada, cuando estoy conmigo misma?
¿Cuál es la
razón de estos despertares que me inundan de felicidad y dan amor a mi alma?
Benditos
momentos de inspiración cuando la vida, canta, ríe, llora y nos hace estremecer
en estos instantes de placer y paz.