Después de estar
juntos, mi vida cambió, tu perfume lejano perdido en tu ausencia, satura el
recuerdo de nuestras noches de amor.
Flotan en el aire
letras, sílabas, surgidas de una pluma mágica que suenan como dulce melodía
como escapadas de mi alma hojas frescas del adiós.
Después del letargo
imprevisto, impredecible, que arrastra en sus alas minutos y horas vividas ya
lejanas, vivo hilando ilusiones y sueños para encontrar ese imposible amor
verdadero.
Debes marcharte con
tu gris ausente, con tu piel de viento, con tus alas asfixiantes, con tu amor
que ata.
Después comenzaron
los adioses, lentos, enredados, sin explicaciones ni tuyas ni mías, adioses de
lágrimas y de cantos tristes y riendo y llorando nos separamos una vez más
sobre el agua del adiós de soledades insalvables, de distancias imperdonables.
No hay más nido, tú
volaste, fuiste un cuento, un sueño roto, un espejo sin reflejo atormentado
muñeco de papel, seguiste tu sueño solitario.
Después la página
en blanco se tiñó con letras, poemas, frases, surgidas de lo hondo de mi alma
que renace otra vez, despierto entre dulces músicas antiguas que suenan como
fantasías de metal, como agua fresca de manantial.
Después quisiste
volver pero no encontraste lo que ayer dejaste, ya otro amor como gran alma
mágica tocó a mi corazón y río y canto, soy feliz otra vez, veo el horizonte
desde otros brazos y cierro los ojos y escucho rumores y caricias nuevas, tú ya
eres tan sólo una voz lejana.
Después ve tú donde
quieras, sigue, si quieres creciendo, yo ya tengo nuevas ansias, nuevos latidos
que bailotean en mi alma, ya no existes, te siento como una sombra.
Ahora vivo el
momento más perfecto, tan sin par, tan verdadero, tan único, tan buscado, es la
hora de soñar lo que anhelé por siempre, exultante de pasión, tan plena de
deseo de ser amada, de ser acariciada y besada, regalándome vida.
Después encenderé
la lámpara de las promesas y del amor deseado y mis labios no estarán más solos
ya que en delicias de besos estarán impregnados, besos presentidos y deseados.
Después el fino
aliento de un querer apasionado, de una entrega total que sin querer brota como
un río de caricias.
Después… todo,
vivir sin miedos, dudas ni llantos.