Tú eres silencio y voz, eres canto, eres amor.
Cántico de amor, va tras de mí, recorriendo mi camino,
muy cerca, me vive dentro, cantando y recantando su historia interminable.
Tiempo y tiempo, logrando con su presente seducción que mi
alma se entregue de a poco pero presintiendo que al final será toda suya.
Cántico de amor, con augurios de dichas y aventuras,
pleno de caudales de gozo, haciendo que me entregue en su cantar nocturno, en
la noche brillante y esplendorosa.
Cántico de amor, me llevas con tu gracia frágil a un
mundo de inocente armonía, sin olvidos, sin fatigas, sin lágrimas que rueden
hacia dentro.
Tu cántico de de amor hace dudar al tiempo y al cielo con
instintos de infinito y hace vibrar el silencio naciendo el canto poema de
música para que los amantes se amen y a su son se unan.
Cántico de amor que ama como el viento al ramaje que
acaricia, como ama la luz la noche, como ama la noche al día, que hace buscarse
y encontrarse en el silencio cómplice de un gemido de amor.
Cántico de amor, que hace volar el alma toda hacia la
lejanía donde él la espera con ansias y con el corazón ahogado por el tornado
mágico del amor surgido en un instante de ilusión y fantasía.
Cántico de amor, llévame en silencio hasta donde el refugio
cálido de los brazos de mi amado me espera el amar en ese tiempo que se queda
suspendido en poemas internos plenos de suspiros sentidos.