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jueves, 24 de enero de 2013

¿Dónde estás?


¿Dónde estás amor de mi vida que no te puedo hallar? ¿Te has escondido entre los vergeles floridos o en las cuevas oscuras junto al mar? ¿O en los nimbos del olvido?
Eres tan sólo un perfil, nubes grises bajo la tormenta oscura de palabras.
¿Dónde estás? ¡Ven a mí! Te hubiera amado hasta en la tristeza o en la melancolía.
La noche te llama y el sol busca tu rostro donde el día toma su luz hermosa.
Te quiero junto a mí, si no te tengo el frío, el dolor, nubes grises de siempre, como un relámpago entre el sueño, amaneces atravesando auroras.
¿Dónde estás? Vive tu secreta existencia a mi lado, como el deseo que nunca se extingue, habitemos juntos el invisible corazón de la eternidad.
¿Dónde estás? ¿Cómo llegar a ti? Siempre llegué, siempre fue posible estar juntos ¿por qué ahora no sucede?
¿Dónde estás?, ¿Entre la húmeda neblina que borra toda la gala matutina?
Me entristece no estar contigo, no tengo tus labios y tú no sientes los míos, ¿dónde estás? todas las frases que se quedaron en mí para ti, se dormirán y quedaré vacía y sola.
La vida contigo se me ha quedado, te hubiera amado aún a tu perfil sólo entre nubes grises, sin nimbos del olvido.
Con el misterio de la mirada te busco entre relámpagos de sueños y amaneceres solitarios.
¿Dónde estás? Te busco en el horizonte envejecido, en la estrella que palpita, en aquel cielo con un sol en el interminable laberinto de la Tierra.
¿Dónde estás? parece que habitas en el invisible corazón de la eternidad.
Más allá de las palabras, de los sentidos, de las ideas, en el territorio oculto de tiempos escurridizos te esperaré siempre, tu piel de mares infinitos acunará la fuerza de las esperanzas.
¿Dónde estás? te siento agitando tu melodía de fuegos en las manos del arco iris, donde habitan las sombras corriendo libres por la luz y este lugar el amor sueña libre en su soledad.
¿Dónde estás? te espero con mi corazón puro, recibiendo desde tu lejanía sencillas y suaves vibraciones de amor que caen en pequeñas cascadas silentes cada día por las curvas sencillas del viento desplazando su caudal de perfumes en el tiempo.
¿Dónde estás? no quiero sufrir amarillentas pesadillas de que no te encuentro, te quiero junto a mí en los atardeceres temporales de mi espíritu.
Yo te amo sin límites ni tiempos.

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