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sábado, 26 de enero de 2013

Juntos en la senda


Juntos en la senda, recorremos desde la colina del nardo irradiando el fulgor que seca las fuentes del llanto.
Juntos por siempre aún en la lejanía, juntos en las sendas limpias, mis tristezas te llevas, mi llanto, eres alegría y junto a tus palabras con sonrisas vas haciendo de a poco una vida con colores brillantes y límpidos.
Nuestro amor es como un anochecer y un despertar juntos, impregnado con nuestra piel con la suave y cálida brisa de un nuevo día.
Juntos en la senda, haciendo un hueco con la eminente llegada de la luz, soy voz al fin,,. hermosa y amada, pura y descansada, pudiendo confundir mi mirada con mil estrellas fugaces tocando una eterna melodía inolvidable salvándome del olvido.
Juntos en la senda, murmullos silenciosos nos rodean y como secretos de la noche nos unen en un todo de anhelos.
Juntos en la senda, en la eminente llegada de la luz, somos dos voces unidas afinadas y sincopadas, puras y límpidas.
Juntos muy juntos sin olvidos ni inquietudes, el amor es el secreto de los siglos en receso que va dibujando su invisible rocío cósmico en los atardeceres temporales del espíritu y las palabras con sonrisas abrazan nuestros mundos profundos y luminosos.
Juntos bordamos una red de oro en forma de soneto y al escribir las palabras de amor más sentidas como teje la ingeniosa araña su obra de arte para convertirla en fuente de su sustento.
Juntos en la senda, estábamos unidos pero no nos veíamos, nos percibíamos en noches de secreto que nos unían, nos enseñaban.
Somos dos seres únicos porque aún en la noche nuestras miradas se cruzan con un atisbo intenso de amor.

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