Mi
vida se mece entre rencores, falsedades, traiciones, saliendo airosa flotando
sobre el mar limpio y puro, derramando con ansias y anhelos, amor por doquier.
Me
siento vapuleada, zarandeada, movida a lugares siniestros donde los celos, las
envidias, los terribles males de espíritus torvos quieren hundirme en la
oscuridad pero contra viento y marea saliendo a la luz de horizontes rojizos,
me elevo colmada de amor a mundos lejanos donde la esperanza y la felicidad me
esperan.
Contra
viento y marea, vivo deshilachando dolores, furias, desamores. ¿Por qué vivir
sembrando amor por doquier, desafiando la sombra de una idea con el alma
encendida por anhelos y esperanzas?
Contra
viento y marea, voy hacia ti en volandas de luz, entre las luces brillantes de
las luciérnagas que iluminan el sendero donde nos encontraremos para mecernos,
acariciarnos, amarnos.
La
pasión y el deseo surgen como llamaradas vivientes con chispazos rojizos que
nos unen y vertiginosamente nos conducen a un mundo mágico e irreal, donde el
amor imperioso y exuberante, escribe en el cielo azul y abierto: ¡Vivir amando
contra viento y marea!
Ya
no nos separan distancias ni falsedades, ni envidia, inagotables fuentes que
sin poder no nos rozan, sólo nos acechan para desunirnos pero no lo logran.
Contra
viento y marea, nuestro amor abre sus alas y se une en el lejano horizonte,
allá, muy lejos, en un impactante vuelo de amor que con nuestra imaginación
recorre cielos recónditos unidos en un abrazo sin fin.
Contra
viento y marea nos mimamos abrazados en un profundo intercambio de energía
pura, casta, imprescindible para nuestro existir, nos recorren bailando una
danza inesperada, leve, ingrávida que nos deja exhaustos uno en brazos de los
otros, como dos seres en uno solo.
Contra
viento y marea plenos de vida, recorremos el mundo entre risas, cantos y
lágrimas de amor.
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