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martes, 5 de febrero de 2013

Desarraigada


Desarraigada, su significado profundo y hondo hiere y lastima el alma, trastorna mi mundo interior, confunde mis amores en desamores.
¿Por qué me siento apartada, alejada del mundo que me rodea? Soy una emigrante itinerante, mi lar está fuera del real, mi imaginación me transporta a un mundo donde vivo dando amor, traspasando barreras, cadenas, prejuicios, críticas, ¿cómo no sentirme perturbada al vivir desconectada, descuajada de la rama alta del ciprés verde y frondoso, cima en la que creí vivir, levantando vuelos cortos y veloces para regresar al lugar que creí era amada?
La vida tiende sus redes y en un instante me siento dañada pero, ¡ya no más! No pueden arrancarme de la luz que me conduce a un orbe nuevo y maravilloso, desprendiéndome de lo que el amor me hace escribir, inundar páginas en blanco que me buscan desesperadamente con ansias de volcar en ellas mis inquietudes, mis sentimientos, mis deseos de escaparme a otro lugar distante y vacío donde encuentre la paz ansiada en mis ideas locas de estar enamorada de la vida.
Desarraigada, desterrada de este mundo real y poder irme al mundo mágico, puro y límpido donde nacen mis prosas poéticas vírgenes y sin causas ni porqués.
Desarraigada, me voy, no tengo tiempo de volver a empezar, de regresar a ese pasado cercano y lejano a la vez, debo volver al hoy, plenamente, entre cielos azules y nubes de algodón, entre desprecios de lejanías, mares transparentes, turbulentos y calmos, entre rojizas puestas de sol en el horizonte lejano, las nubes danzan  a su alrededor, en silencios y vientos calmos.
Desarraigada, ¿por qué ocurrió? No lo sé, son diferencias de vida, de sentir el amor y de ser amados, como ídolos de mármol, duros, impenetrables, rígidos y no con el corazón abierto para dar lo mejor de mí, de sentir cálidos sentimientos y brisas frescas y limpias en mi mente.
Ya me desprendí de todo el manto de llanto, ahora sólo correré tras la música, las risas, las bellezas del verde bosque, el azul del mar y los corazones tibios y verdaderos que se me acercan y me acarician con sus miradas dulces y palabras tiernas buscando en mí el amor que aflora sin saber por qué.
La pesadumbre se fue lejos, no quiero pensar en los recuerdos que me hicieron mal, busco la luz, quiero sentirme envuelta en ese capullo que me protege entre palabras de amor en mi ser entero y que la alegría me invada entera, no sintiéndome desolada y triste, si no plena de amor para dar a raudales por el mundo que me rodea y lo quiere recibir.

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