Sendas
hacia ti travesías inconmensurablemente largas, soñando con verte frente a mí
en una sed de tenerte a mi lado.
Desde
un tiempo lejano, como una querencia, un ansia de volver a ver, a verte, a
seguir contemplando aunque sea tu sombra.
Sendas
hacia ti caminos entrecruzados, paralelos, anchos, angostos, los necesito para
llegar hasta tu presencia y acurrucarme entre tus brazos.
Si
no encuentro el camino, mía es la falla, toda canción está en él, isla
ignorada, esperando a que sepa cómo cantarla.
Sendas
hacia ti misteriosas, impenetrables, obstruyen mi visión y tu presencia se
diluye a lo largo de mi vida.
Estoy
detenida en el grave concierto del otoño, escuchando cómo los violines agitan
un mar de hojas, en la trocha exacta donde nuestros caminos del existir se
encuentran y tú llegaste con una breve sonrisa de alegría disipando por
instantes las neblinas que envolvían tristemente mis huellas transitadas hacía
ti.
Sendas
hacia ti polvorosas en todos sus costados por mi pasar de prisa llamándote
angustiada a mi lado.
¿A
dónde alargar mis pasos?, no quiero sentirme extraviada en estos silencios del
páramo de mi camino, quiero recibir la señal, el signo que me conduzca aún por
un instante a estar entre tus brazos.
Sendas
hacia ti son espejos del recuerdo con aromas de tomillo y madreselva que de
sus piedras, tierras, roquedales, a mi pecho se derraman.
Mis
pasos resuenan en el sendero silencioso, solitario y se pierden en la cinta del
eco enredada entre los árboles.
El
camino sin ruido revela su gris monotonía si no me conduce a dónde tú te
escondes y continúo con mis pasos cansinos buscando la raíz de los quebrantos
por estar lejos de tí.
Sendas
hacia ti perdida estoy para siempre si no te encuentro, sin sentir el cercado
de tus brazos y sigo tras tus huellas en el ramal entrelazado de senderos
umbríos y misteriosos.
No
quiero que seas en mi presente el recuerdo de un día ni dejes en mí huellas que
marcaste en mi cuerpo y espíritu.
Sendas
hacia ti ¡sensación de retorno!, pero, ¿de dónde, dónde? ¿En cuál de las
travesías de nuestras vidas nos encontraremos?
¿Cómo,
el encuentro?, ¿con besos o llantos?
Nos
hallaremos a tientas, con las manos, con los gritos, con los besos tibios y
dulces que antes el vacío besaban en el camino en el cual te buscaba.
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