Ecos de besos no dados,
resuenan en mi alma como alas rotas de
aflicción y deseos reprimidos, esos instantes que no se olvidan, tan vacíos,
devueltos por las sombras, tan vacíos, rechazados por el tiempo.
Ecos de besos no dados,
ese instante que pudo ser tierno y pleno de gozo, pasó despacio por mi lado y
mi cuerpo desnudo, desnudo de sangre de alas, sin ojos para recordarte, sin
labios para recoger el zumo de tus mieles, se perdió en el canto de los helados
campanarios.
Los suspiros del mar me
humedecieron las únicas palabras y los besos no dados por los que vale vivir.
Ecos de besos no dados,
fue tan solo un instante breve de la nada acurrucado en una eterna espera en la
cueva del destino, sin manos para decir nunca, sin labios para besar los tuyos.
Ecos de besos no dados,
como dueños del silencio, son como una tribu de palabras mutiladas y de
tibiezas no recibidas, se elevan entre montañas hacia las nubes, lejos, muy
lejos, en una partición de sol en pequeños soles negros.
Hay en la espera del
beso un rumor a lilas rompiéndose en la lluvia gris del alba.
Ecos de besos no dados,
soy como una viajera, mujer poeta, que ha dejado su cuerpo junto a la luz y ha
cantado la tristeza de lo que nace.
Mi alma sin tus besos se
estremece toda, volcándose en la madre de las tinieblas.
Entre hilo e hilo de su
tejido de espera encierra el anhelo del beso no dado, guardado como tesoro en
el mundo para mí perdido entero sin ti.
Ecos de besos no dados
que pasarán entre el frío, el viento, la lluvia, el trueno, resonando por un
minuto de vida breve en los confines del mundo, danzando como palabras de amor
en paraísos no encontrados, que saltan de estrella a estrella, de sombra en
sombra.
Voy por galerías donde
vagan los besos que no encuentran mis labios, esperándolos, sabiendo que no
llegarán a mí.
Todo sonido en eco tuyo
me lo convierte el alma que te espera y ahora en esta hora inocente me siento
en el umbral de mi mirada como sonámbula en una cornisa de niebla esperando
despertar como flor que se abre al viento en un camino de espejos donde los
besos son dados como encantamiento creciendo solos en la noche pálida,
enlazando fuegos de silencio, ingenios en espejos de triste transparencia.
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