Sigo
siendo tuya, cuanta falta me haces, escúchame, búscame para volver a creer en el
amor. Tengo para ti besos y caricias dulces.
Sigo
siendo tuya aunque tengo mis manos vacías y vacío de tu amor está mi corazón
aunque siempre en mi mente estás presente en cada lar que busco.
Sigo
siendo ese ser que siempre buscaste, libre, sensible, pura y casta, que escribe
poemas de amor que tú inspiras sin saberlo, tú renaces al amante y haces que
sólo sepa hablar con el corazón primero.
Sigo
siendo la luz que te ilumina, los brazos que te arropan, tu luz y tu paz, la
que vela por tus sueños la que te guía en tus momentos de duda.
Sigo
siendo la que sin condiciones ni obsesiones pinta en tu cara sonrisas porque la mayor de
mis pasiones eres tú.
Sigo
siendo la que espera que me emociones con tus vaivenes de sosiego y arrumacos
de gozo y felicidad porque tu amor me hace libre y a tu amor me entrego.
Sigo
siendo un ser sin sombras ya que desde que llegaste a mi me has iluminado, has
colmado mis días de risas y alegrías y has alejado las tristes melancolías de
mi alma.
Tu
amor impulsa mi pluma, escribo para ti, sigo estando cerca de ti en cada
milésimo de mi segundo de vida y por ti triunfa lo cierto en mí.
Sigo
siendo como nube, luna de misterio, sin vaguedades indistintas, sólo yo para
ti, sin inquietudes ni desapegos.
De
virginidad me ceñí para guardarme para cuando me encuentres, me cerqué de
niebla en mis sueños, me quité mis formas y voy y vengo, ingrávida de blancura
en suspenso para esperarte y seguir siendo tuya.
Esclava
dulce que acepta su entorno porque el amor es el que la apresó en su cautiverio
y quedó esperando para salir entre los aires volando cuando me encuentres.
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