Tres
llaves que han abierto las puertas de mi vida junto a la luz, cantando la
tristeza de lo que nace, la llave de tu corazón palpitante, la llave que
permite entrar a tu alma, la llave silenciosa de tu vida.
Estas
son las versiones maravillosas a las que me enfrento, temblando de amor y cuidándome
de la silenciosa sombra que en algún encuentro de mi viaje eterno me lleve a un
lugar lejano y no pueda estar contigo, mi amor.
Tres
llaves que envuelvo en mil caricias y ternuras entre suspiros del mar son mi
tesoro que guardo celosamente entre canto de cálidos sonidos de campanarios lejanos.
Tres
llaves que están dentro de mi y por las que vale vivir en la cueva del destino,
de tu corazón amado de tu alma noble de tu vida en la que se refleja tu
bravura, tu tesón, tu valentía, en cada instante doloroso del todo y de la
nada.
Tres
llaves que entre estrellas, nubes, viento silente, inundan mi alma iluminándola
con palabras como piedras preciosas.
Misterio,
magia, tres llaves que llegaron a mi hora inocente en el umbral de mi mirada sonámbula
y transparente despertándome y abriéndome a la vida sin las cuales no podría
vivir.
Tres
llaves que se dejaron caer, sin dolor, en mi vida dejándose enlazar de fuego y
amor, de silencio ingenuo y crédulo.
Y
en mi noche eterna forjé un sendero bordado con piedras de cristal donde dejé
olvidada las llaves de mi alma, de mi corazón y de mi vida para quien las
encuentre este deseoso de conquistar mi alma, conquistar mi corazón y quedarse
en mi vida.
Y
entre coloridas transparencias las tres llaves se reflejan en los espejos
vigías de mis poemas de amor que desnudan mi alma entre cantos y besos.
Alguna
vez las tres llaves se quedarán unidas en mi vida de viajera y poeta cuando la
noche sea de los dos, revelando al mundo la delicia de perderse envueltos en
llaves de vida.
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