Volver
a empezar la eterna aventura de vivir, ya que mi vida sin ti no es posible.
Debo
darme el tiempo que merezco ya que él vuela raudo, veloz, rápido y silencioso
pero se detiene entre mis brazos que te esperan.
Volver
a empezar, borrando las huellas del pasado ignoto, camino ya recorrido buscando
senderos claros y luminosos para encauzar mi vida.
Quiero
volver a empezar, como en nuestros primeros días, con amor que inunde nuestras
almas, compensando las horas pasadas.
Volver
a empezar con nuevas ilusiones que me den cobijo seguros y nidos cálidos plenos
de dichas permanentes, sin temores ni miedos, sí unidos, congraciados,
congratulados en dos nuevos seres.
Volver
a empezar mis suspiros te buscan con suave textura, como terciopelo inquieto,
que te envuelven en mil caricias como hilos transparentes, traslúcidos y
tenues.
Necesito
tus besos cálidos y profundos y tus
abrazos como apretados tallos en susurros ondulantes.
Volver
a empezar, acariciar, sí, acariciar, con suaves toques de amor sin preguntas
del silencio, solo respuestas que vienen y van, de amor a mirada.
Volver
a empezar, ¿cómo? ¿Nada quieto y todo en calma? Sí, sólo gozando a pleno como
galardón de un esfuerzo, sí entre los dos admiración, compañía, contacto, roce
de virtudes.
Volver
a empezar, con expresión de júbilo, de alegría, de risas y de besos con nuevas
perspectivas libres en nuestra intimidad que tienen una lágrima para cada
instante, lágrimas de felicidad, de gozo y canto.
Volver
a crecer es empezar a crecer juntos, unidos por tiernos lazos para madurar
viviendo cada día un poco más.
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