Duda eterna, inquietud del alma que me hace dudar de que este amor lejano sea
cierto en verdad y que no se transforme en tan solo una ilusión de amor.
Nos separan distancias muy lejanas pero igual
nuestras almas se acercan se sienten y abrazan, parpadeo tras parpadeo, respiro
tu esencia.
Pero igual vacilo ya que al despertar una mañana no
podré saber aún si acaso me amas.
Duda eterna, que me lleva al desasosiego, ya que la
pasión y la ternura son sentimientos fugaces que se escapan con el tiempo.
Duda eterna que me hace hilar versos, bordar
poemas, buscando rimas dejando mis letras que vuelen al viento, arremolinadas y
en libertad para que lleguen a ti y las dudas me abandonen cuando sientas el
amor que has despertado en mí.
Estar a tu lado es incierto, siento golpear al
silencio, mi piel atormentada de soledad infinita y el recelo me inunda cada
vez que despierto.
Duda que no me abandona, como la marea que se
acerca a la orilla, la caricia, la besa, la corona de espuma y luego se aleja,
y desaparece.
Duda eterna que me lleva a estar triste, totalmente
excitada, en mi soledad conmigo en la que espero que un día preciso comience a desprenderse
la leve gasa que la oculta y deje sin heridas mi alma que late sin hablar y que
se va abriendo a un amor seguro y pleno que aparecerá en trechos de luz entre bálsamos de humo.
Duda eterna de amor que va rompiendo los cristales
conque mi alma te presiente y a pesar de la distancia no será una ilusión
marchita y la esperanza nos encontrará al final del camino y el aire se llenara
de siempres, de memorias, de afanes, buscando vivir juntos como un primer
hallazgo de amor.

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