Ahora mi tiempo ha aprendido a vivir con pausa, a
saborear los pequeños espacios y a continuar esperando esos momentos que tú me
das.
Esperar hasta encontrarme con mi yo desconocido y
aprender que se puede volver a amar intensamente en la madurez de la vida.
Sin límites, sin rubores, sin titubeos, sólo queriendo
que suceda lo inesperado.
Esperar a que sea posible, dejarse ver uno mismo tal cual
siente y desear que tú me veas así. Sin
ángulos, sencillamente con el corazón abierto y el deseo compartido.
Esperar que el querer exista por sí mismo, sin necesidad
de pautas ni promesas, sin esperar nada a cambio, sin recompensas, sólo el
deseo de dar.
El Amor… es esperar por ti, idealizando el arte para amar
haciendo que los sentimientos que clamo broten por doquier.
Esperar que mis letras de amor para mi hombre amado le
lleguen con todos los sentimientos engalanados con mi aroma y mi ser.
Esperar que fluyan de la pluma, las letras, las palabras,
las frases, las estrofas, exaltando el valor del amor en forma de bellas
inspiraciones.
Ya no hay respuestas que deba esperar ni fantasías que no
haga realidad, mi amor ya no tiene un tiempo, es ahora, aquí… para siempre.
Esperar es todo ¡qué absoluto portento!
Esperar el fundirnos uno en el otro, para que el anhelo
creciente, la distancia recorrida nos una para aspirar del todo la imperiosa
fragancia, proyectándose los cuerpos más allá de la vida.
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