Isla lejana, inaccesible, en medio del mar, entre
arrecifes.
Allí llegamos tú y yo, a solas, en la inmensidad del mar.
Sus murmullos nos acunan y la arena tibia y pura, sin
huellas, es nuestro lecho de amor.
Entre su verde follaje y el trinar de sus pájaros que
quiebra la paz callada nuestros besos dejan su vibrar sonoro pleno de caricias
y embelesos.
Isla lejana, nuestro lar de amor, sus aguas nos esconden
desnudos en sus profundas cavernas.
¡Qué felicidad entre música de arpegios y clavicordio el
amor florece!
Las olas rompen en el arrecife con ritmos continuos, como
hechizos mágicos y tú y yo adormecidos abrazados flotamos en el agua como seres
únicos en todo nuestro mundo.
El amor es único, todo ser lo guarda en su interior sin
saber que existe y lo tiene para dar a todos y en especial al ser amado.
Isla lejana, perdida, misteriosa, solitaria, su entorno
rezuma sólo amor, tú si no amas no la encontrarás jamás.
Nosotros estamos en el paraíso donde las almas y los
cuerpos se unen.
Isla lejana, entre palmeras que se mueven al son del
viento, tú y yo en silencio nos acunamos bajo su techo de hojas verdes y
frondosas.
Se hunde el sol, rápidamente en la arboleda velada y
desde el horizonte nubes oscuras y saetas de rayos iluminan el cielo pero
nosotros muy juntos estamos protegidos por hilos tejidos por nuestro amor por
siempre.
Isla lejana, que es para
dos seres que se aman el edén, aún tan sólo soñando que estamos juntos.
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