Juego
de palabras, arremolinadas, colmadas de gracias, entremezcladas de ensueños, mi
mente las atesora.
Sus
sonidos cristalinos y sus policromas luces se enhebran una a una formando
cadenas de frases, versos hilvanados con agujas de cristal.
De
dos a tres, a la nada, juegan en mi mundo interior que se abre como una ventana
al mar, llevándome al mundo de la felicidad.
Juego
de palabras, surgen sin saber por qué. a veces de a una, otras veces apiñadas
como semillas en un granero y de a poco las desgrano buscando un sentido al
orden en que deben volcarse en el papel.
Palabras
insólitas aparecen sin saber por qué, como una urgente necesidad de lanzarse
desde lo hondo al papel en blanco que las está esperando con ansiedad y anhelo.
¿Ahora,
cuál vendrá? ¿La que inspira amor? ¿La que hace susurrar? ¿La que nos lleva a
recuerdo lejanos?
¡Ay!,
las páginas en blanco tiemblan de emoción al sentirlas llegar, suavemente, sin
prisa, llenas de pasión.
Juego
de palabras, las busco, a veces están durmiendo en praderas de papel, sobre la
grama desnuda de las letras de los libros ya leídos que giran en círculos con
movimientos lentos en mi mente que las siente saltar, jugar, en movimientos
leves de armonía y misterio.
Juego
de palabras, que construyen lo inmenso que está escondido, sin exigir promesas,
sólo revolotear volando hasta llegar al lugar deseado: las hojas y plumas que
las esperan para crear guiones de vida, versos o monosílabos.
Juego
de palabras, en volandas se alzan, se yerguen en equilibrios estremecidos, en
escenarios por ellas creados donde todo lo mágico, misterioso, velado, donde el
juego en puro silencio y expresión de júbilo, de alegría, se entremezclan en
frases breves que se agolpan en mi mente estremecidas.
Juego
de palabras, sin esta maravilla que surge sin querer, ni pedir, la felicidad me
inunda. ¡Cuán bellas son las palabras al verlas jugar con el viento! ¡Qué
llenas de sentido y poesía!
Palabras
que traen un canto en danzas y sonetos porque nacieron en la rítmica
palpitación del Universo.
Juego
de palabras, nacen del canto profundo, de la inocencia, creando los poemas de amor esperados con
luces reveladoras de un mundo interior puro y diáfano.
Intactas
y puras, gozan la virginal delicia de no haber sido vistas por ningún mirar
hasta que llegan como por descuido a las hojas que las esperaban con afán para
enamorar y ser amadas.
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