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sábado, 25 de mayo de 2013

Aguardo

Aguardo, desfalleciente y agónica, no deseo sentir que el espacio donde tú estarías conmigo vacío se halla en una nada.
Mis sentimientos de amor alzan vuelo buscándote, pero tú no estás y no deseo que mi alma se abrume de dolor.
Aguardo, debe ser un ahora, un ya, exclamando con ardor apasionado entre sueños donde tú me buscas y nos amamos con tal intensidad que el mundo real tiembla, se estremece con nuestro calor pleno de luz.
Aguardo, me desespero y siento el murmullo que viene de noche a llamar a los cristales de mi ventana y pienso que es el viento galopante en las soledades que me abruman.
La espera, me lleva a un orbe de ingratitud y de nostalgia pero gracias a los sueños es posible encontrarte en tu lejano estar. Te imagino pensando en mí.
El amor está muy lejos, no sé dónde, entre las nubes, el Sol, la Luna, pero lo importante es que lo sienta dentro de mí, dentro de ti, entre los árboles, en medio de la hierba y de las flores.
La certeza de su presencia me hace feliz, por eso esta añoranza por ti me hace vivir con la esperanza de estar enlazada en tus brazos, soñando juntos, ya que el amor es la fuerza de la vida.
Aguardo, para que la desesperación de que no te acercas deje que sueñe con el corazón libre para volar, los sueños son la ventana de mi alma que me llevan a la pureza de mi pensamiento que vuela hacia ti.
Es un hilo larguísimo que ha atravesado desiertos, oasis, grutas, abismos interminables, siempre soñando que estamos juntos tú y yo.
La espera se hace larga, me estruja el corazón, sólo pienso y sueño en nuestro encuentro tan deseado.
Vivo cada instante en una soledad conmigo misma y porque los sueños llegan en silencio y no sé su origen, vagan como nubes solitarias, unas veces son claros, luminosos y llenan el corazón de felicidad, mientras que otros son oscuros, amenazadores y perturbadores y me hacen pensar que no te encontraré mi amor.
Aguardo, debo alimentarme de la esperanza de que nos uniremos en cuerpo y alma como los árboles que siempre dan sus frutos a pesar de las variaciones de las estaciones.
Mientras te espero debo buscar en el mapa de mi alma donde figuran las bahías de la sabiduría, el mar de la abundancia, el océano de la paz, los desiertos áridos y valles y prados plenos de luz, sé que me hallarás dejándote llevar por el flujo de las ideas olvidando dudas y temores.

Te añoro, vendrás hacía mí con amor.

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