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miércoles, 1 de mayo de 2013

El solitario


El solitario llama, mi corazón palpita al compás de ansias ocultas. Ideas turbadoras, da frescura a mi alma el sólo pensarlo.
Mis manos acarician sueños imaginarios que vuelan en pos de un encuentro futuro. El solitario plegó sobre este suelo, cerca de mí, por vez primera su armonioso vuelo que me invita a soñar con momentos de pasión y de ternura.
Quiero compartir todos sus instantes, no más soledades, sí espacios propios, paralelos, sinceros y transparentes.
El solitario llama como águila, señor del espacio, me busca, me llama, su grito clama en la llanura abierta.
Agita sus alas, en férvida armonía: desbordando el ambiente sacudido por sus revoloteos armoniosos haciendo brotar en mi alma deseos de estar a su lado.
El solitario llama, estoy atenta, es un ser noble, misterioso, mágico y amoroso
No lo conozco, lo espero y entre los juegos de luz del horizonte, lo atisbo y creo que aparece ya que es una necesidad de mi espíritu mirarme en sus ojos, escuchar su dulce voz, para que cada alborada se ilumine en cientos de colores enseñando a cantar a los ensueños.
El solitario llama, ¿para qué? para que esta vivencia de idilios surgidos desde una lejanía distante sea muy pronto una realidad y nuestro lenguaje secreto al oírlo sin límites aumente nuestra unión.
Su amante voz, divinamente extraña, habla a mi corazón que lo espera con ansia.
El solitario llama, no hay horas, no hay tiempo, con qué emoción sus frases me dicen ¡acá estoy!
Este idilio fluctuante nació en el instante, en el estío vibrante de colores, entre flores deshojando sus pétalos como aves que parten en su búsqueda.
¡Son sus frases las que me hacen soñar, que me acompañan siempre, me acurruco entre ellas como en un mar de estrellas, plácido y cálido!
El solitario llama, me inunda, me trasmite el saber que existe y sus frase me inspiran como clamores puros para volar en armonía con mis versos de amor.  

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