Volar
hacia otras esferas como almas gemebundas o voces apocalípticas que con alas de
profecías rozan en instantes breves otras esferas del gran orbe.
¿No
sientes que alarmado está el mundo en su temblor?
Siente
que hay dos seres que han decidido romper el lazo hechizado que es vivir en
este mundo e irse aceleradamente hacia caminos desconocidos entre luceros con máscaras de mil colores para poder poner
final a tanto gran poder que abruma.
Temblar
haremos el tímpano del mundo, pasando ruinas de historia, ecos de mares
antiguos, murallas destruidas.
Volar
hacia otras esferas, entre suaves curvas y caminos diáfanos.
La
bóveda, al cerrarse abre más cielo para que tú yo podamos mirarnos en las
estrellas fugaces que cruzan raudas el espacio infinito.
Y
en la hermosura vasta de estos límites siente el alma que nada la termina.
Volar
hacia otras esferas, este espacio que no era más que espacio a nadie dedicado,
aire en vacío, se redime en nosotros, poniendo plata sobre piedra, fieras luces
del sumo mediodía, claridad toda hueca, de tan clara, ya es misterio.
Volar
hacia otras esferas, como flechas del alba cruzando por los espacios
incorpóreos, no hieren, nos traen vida de colores y de amores.
La
bóveda, al cerrarse, abre más cielo y en la hermosura de estos límites, el alma
se va, poco a poco, uniendo con su mitad, su mitad del alma.
Nos
vamos en suave concavidad, nido de dioses, Venus, Atenea, Zeus, Minerva y sus
siluetas en columnas del cielo se posan inmóviles, ingrávidas, impasibles en su
auge de majestuosidad suprema.
Volar
hacia otras esferas, con lentitud, en fabuloso procesión, rodando con el mundo
y en cada vuelta la hermosura crece, la de ayer, la inédita.
La
luz estrena nuestro vuelo, nos hace ir al más allá, juntos, abrazados los dos
en uno, acreciendo nuestro plural.
Nada
nos confunde, ni lo invisible, todo es prodigio, es temblor, es cadencia,
caminando hacia la imagen de lo no perdido, latiendo junto en lo eterno, años,
siglos, de amor fresco.
Tiempo
divino que llegó a ser tiempo poco a poco, mañana tras su aurora, estío que se
junta con otoño, primaveras sumadas al invierno.
Lenta
rueda que nos va subiendo sin prisa hasta nuestro nuevo cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario