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lunes, 24 de junio de 2013

Después

Después de estar juntos, mi vida cambió, tu perfume lejano perdido en tu ausencia, satura el recuerdo de nuestras noches de amor.
Flotan en el aire letras, sílabas, surgidas de una pluma mágica que suenan como dulce melodía como escapadas de mi alma hojas frescas del adiós.
Después del letargo imprevisto, impredecible, que arrastra en sus alas minutos y horas vividas ya lejanas, vivo hilando ilusiones y sueños para encontrar ese imposible amor verdadero.
Debes marcharte con tu gris ausente, con tu piel de viento, con tus alas asfixiantes, con tu amor que ata.
Después comenzaron los adioses, lentos, enredados, sin explicaciones ni tuyas ni mías, adioses de lágrimas y de cantos tristes y riendo y llorando nos separamos una vez más sobre el agua del adiós de soledades insalvables, de distancias imperdonables.
No hay más nido, tú volaste, fuiste un cuento, un sueño roto, un espejo sin reflejo atormentado muñeco de papel, seguiste tu sueño solitario.
Después la página en blanco se tiñó con letras, poemas, frases, surgidas de lo hondo de mi alma que renace otra vez, despierto entre dulces músicas antiguas que suenan como fantasías de metal, como agua fresca de manantial.
Después quisiste volver pero no encontraste lo que ayer dejaste, ya otro amor como gran alma mágica tocó a mi corazón y río y canto, soy feliz otra vez, veo el horizonte desde otros brazos y cierro los ojos y escucho rumores y caricias nuevas, tú ya eres tan sólo una voz lejana.
Después ve tú donde quieras, sigue, si quieres creciendo, yo ya tengo nuevas ansias, nuevos latidos que bailotean en mi alma, ya no existes, te siento como una sombra.
Ahora vivo el momento más perfecto, tan sin par, tan verdadero, tan único, tan buscado, es la hora de soñar lo que anhelé por siempre, exultante de pasión, tan plena de deseo de ser amada, de ser acariciada y besada, regalándome vida.
Después encenderé la lámpara de las promesas y del amor deseado y mis labios no estarán más solos ya que en delicias de besos estarán impregnados, besos presentidos y deseados.
Después el fino aliento de un querer apasionado, de una entrega total que sin querer brota como un río de caricias.
Después… todo, vivir sin miedos, dudas ni llantos.

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