Cercana ilusión,
quiero estar contigo,
no te encuentro en horizontes sin fin,
mis pasos resuenan en la
acera solitaria
y se pierden en la cinta
del eco enredada en la cabellera de los árboles.
Ha de haber una puerta
sin cerrojos,
una ventana sin vidrios,
un espejo caído en mil
cristales,
por las que podré entrar
y encontrarte amado mío.
Cercana ilusión,
como un ladrón de cielo,
buscando la raíz de los quebrantos,
la razón terrible de por
qué te has marchado.
Creo haber hallado el
verdadero sendero por el que nos encontraremos,
aún en sueños donde los
seres se desnudan íntegramente,
no hay sonrisas falsas,
gestos ocultando
intensiones equívocas.
Cercana ilusión,
si pudiera gritar para encontrarte lo haría,
las palabras serían
testamentos para repetir libres de mentiras,
la hazaña del día.
No te perderé,
estoy llena de ti,
llevo conmigo tu
esperanza invicta
y los diluvios de
nuestros cuerpos empapados de amor.
Te encontraré para
amarte más,
déjame entrar a tu íntimo alfabeto para saber
lo tuyo por su nombre
y a través de tus letras
hablar de lo que permanece
y también de auroras y
de nieblas.
Cercana ilusión,
déjame entrar para
aprenderte
y girar en tu órbita de
voces hablándote de lo que me acontece
y descubriéndote a ti, mi amado amante.
Y en el perenigraje
lento
de las horas que
resbalan coloreándose hacia el alba
mi cercana ilusión se
cumple
y tú vendrás hacia mí
haciendo eterna nuestra unión
como faz que se dobla en
el arco haciéndose durar.
Cercana ilusión,
plenitud total,
sin quebranto ni
inclinaciones inciertas,
centro donde el
esplendor se esparce entre instantes a la deriva.
Al fondo de nuestros
secretos,
los dos sabemos que nos
amamos,
que tuya soy, que tú
eres mío,
nuestros ojos develan
sus brumas,
nos miramos frente a
frente,
tejiendo un manto de
niebla
para ocultarnos de
aquellos que niegan lo nuestro.
Cercana ilusión,
el deseo en nuestros cuerpos nos acerca,
nos empuja a estar
juntos en ritmos,
balanceos de gozos y danzas.
Seremos como dos llamas
que apagan su calor cuando
están más fundidas
y tienen más desolación cuando parecen más
unidas.
Ya estamos cerca, muy
cerca,
nuestros cuerpos se
buscan con fervor.
Estamos en el borde del
sueño
y nuestra desnudez
absorberá la luz de los espejos
y eres tú y soy yo
y es un caminar en
círculo dar a nuestros hechos dimensión de arco
y a solas con un impulso loco decirte “Te amo”.
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