Sin
ti,
¿quién
soy?
¿cómo
vivo?
Soy
una hoja amarillenta
llevada
por el seco viento
del
silencio
al
silencio.
Tal
es el viaje completo.
En
el trayecto,
te
pienso,
te
extraño,
te
busco
entre
bacanales,
falsas
algazaras
proesas
musicales sin sonido,
pero
en ambos confines
del
paisaje,
silencios.
Sin
ti.
Es
viajar sin equipaje,
entre
fauces abismales,
engañosas,
acechando
entre mentiras falsas.
No
puedo burlar
el
férreo derrotero
para
alzarme
y
encontrarte.
Mis
ecos están en el timón
el
rumbo escrito,
un
bandazo final
y
naufrago
voraz
silencio engulle mi grito.
¡Sin
ti, no puedo vivir!
y
me desangro entre mis venas
desnudas
y sola
estallando
en cabriolas locas
en
un mar nocturno y volcánico
con
un furor satánico
que
azota mis senos
y
todo mi cuerpo tembloroso,
a
ciegas en la negrura
me
disolví con la espuma
me
remonté con la bruma,
me
desbridé con el viento.
Sin
ti,
un
hondo sentimiento me recorre
y
se aquerencia
en
mi interior,
destella
luz cegadora
en
mi esencia,
como
en un símil inverso
del
paraíso.
Sin
ti,
no
duermo
un horizonte plomizo
desembala
mi mañana
y
golpea mi ventana
creo
que eres tú,
pero
no,
es
un pájaro
que
presiente mi tristeza
y
mira mis manos desoladas,
moradas
donde
la piel es fría
por
no tener tu calor.
Impaciente,
sin
ti,
grito
de dolor,
turbada
toda con ideas
empecinadas
de
muerte y mareas
que
zarandean sin resuello
mi
alma y mi mente.
Hechizos
se alzan,
mis
puños,
a
costa de rasguños,
golpean
todo,
y
mi denuedo
es
un total combate
conmigo
misma.
¡Sin
ti no puedo vivir!
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