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lunes, 8 de julio de 2013

Umbrales de voces

Umbrales de voces
secretos, en dinteles ocultos
que me conducen
sólo a pensar en ti.

Quieren saber de mis pensamientos,
de mis amores
no lo sabrán
son voces que debo desechar.

Son entradas a un inframundo
misterioso, oscuro,
sin principio ni fin,
sin origen, sin acceso,
sólo son portales a un más allá.

Más borrosos que un velo
tramados por la lluvia
sobre los ojos de la lejanía,
confusos como un fardo.

Umbrales de voces
me conducen con prisa
a pensar en ti, en ser tuya,
solamente tuya
errante como un médano indeciso
en la tierra de nadie.

Umbrales de voces
me elevan por las rendijas de mi pasado
sin consistencia, sin aire,
ni molduras para que
en mi porvenir no aparezcas tú.

Sin embargo detrás hay
un taller que fragua
sin cesar un muestrario de máscaras.

Y allí busco y rebusco
buscándote en un recinto
que absorbe todo
y retrocede el paisaje.

Allí en algún rincón
estás tú entre esas voces
que pretenden separarnos,
y tienes entre tus manos pálidas
las imágenes de ayer
y aún los espejismos
que nos condensaron.

Cambia, cambia de vuelo, mi amor,
que las voces no te alcancen
como la ráfaga del enjambre
bajo la tormenta.

Vira amor de un día a otro
fulgor de una noche a otra sombría
y no vuelvas a partir
aunque te quedes de nuevo.

Aspirado por luz,
boca del viento

aléjate de los umbrales de voces.

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