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domingo, 4 de agosto de 2013

Fuegos encontrados

Fuegos encontrados,
entre dos seres que sólo
ansían amarse con intensidad.

Beso esperado la boca entreabierta
entre gemidos de placer
y murmullos de pasión,
entre ardores urdidos de desvelos.

Fuegos encontrados,
pisando en añicos
los tabúes,
lo prohibido,
lo no pronunciado.

Sólo en ardorosas noches
nuestros cuerpos se unen
sin dejarnos un instante
y en la alta madrugada
se da por fin
el exacto instante
del último aliento
como toque final
o por milagro
lo que era cima ultísima
se convierte en sueño de dos.

Fuegos encontrados,
imprevistos, sorpresivos,
nuestra piel se abre como un capullo
con un canto inaudito
de quejas, gritos, clamores de amor.

Nuestras manos no eran tocar
lo que hacían en nosotros,
era descubrir,
los tactos nuestros cuerpos inventaban
aún en plena luz,
tan claros como en la plena tiniebla
en donde sólo ellos pueden ver
los cuerpos con las candorosas almas.

Fuegos encontrados,
pedí noticias de tu fuego
 al viento, al ave, a la flor,
y a los astros del firmamento
ya que no he de dejar de buscarte.

Desnudo está mi cuerpo,
y sin hartura colando entre mis dedos,
 la arena se desliza de mis manos,
va hacia adentro de mí,
mi deseo por ti  reverdece,
puliendo artesonada a tu ausencia.

Fuegos encontrados,
deseos colmados
de pasión y gozos.

Tú recorres con tus labios mi cuerpo
sobre el musgo suave
y espero que nazca de tus ojos
el verde que refresque mis sentidos,
tus manos acarician mis cabellos
y siento un temblor
ruboroso en mi rostro,
y en mi regazo el calor de quererte
sentirte dentro de mí.

Adoro tus palabras
que me trastornan
y apuran mis sentidos en reyerta.

Acaricio tu pecho descubierto
y me complazco
en la luz que contorna
y desmayo en tus besos al besarte.

Muerta de amor
en lecho entibiecido,
aquí estoy y estaré siempre contigo.

Fuegos encontrados
 que no se separarán

 nunca más.

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