Desencuentros
casuales,
el destino nos llevó a encontrarnos
y unirnos con intenso
amor
pero luego, poco a
poco,
nos fuimos separando.
¿Cuál fue el motivo?
¿Dime un por qué?
Desencuentros fríos y
duros
que alejaron el amor,
aquel que era ritmo
en una canción,
voz en sentimientos,
sin que interviniera
el pensamiento y la
razón.
Están muy cerca los
signos
que a veces
ignoramos,
la suerte, los imprevistos
que nos dejan
entrever
el desencuentro
inesperado.
¿Por qué el alejamiento?
el darse en el ir
coloca al ser
en un ser desprendido, ligero
y sin raíces pero su
corazón
vibra y palpita al
sentir
que a su lado no está
el amor
que hasta ese momento
vivía junto a él.
Eres una luz que se
va de mi vida.
¿Será para siempre?
¿O por un
desencuentro casual?
En infinitos árboles
del mundo,
cada hoja vence al
follaje anónimo
por un imperceptible
modo
de no ser otra.
Desencuentros
casuales,
como náufragos tristísimos
en el alba de aquel
callar
en donde se abolía lo
que no era,
nosotros en nosotros,
quedamos solos,
prendidos a los
restos del silencio,
tú y yo, los
escapados por mirar.
Desencuentros
casuales,
¡dejen de existir!
¡tarden en aparecer,
grita mi alma!
¡Tardar nos grita el
ser entero!
Nuestro anhelo es
estar juntos,
rechazando el separarnos
por tan siquiera un
instante.
Y los dos
semidespiertos
en la porfiada
penumbra,
nos preguntamos la
causa
del no estar unidos,
inmóviles, quietos
en la alta noche
queriendo saber los porqué
de este desencuentro
casual
y con un ansia loca
de soñar
con el afán de
tardarnos en vivir alejados.
Desencuentros
casuales,
en lenguaje de dolor
el alma sufre
y con luctuosos
llantos
se anegan las heridas de la separación.
La noche solitaria,
serenamente triste,
su manto de tinieblas
de misterio viste.
Después compilaré mis
versos,
mis prosas poéticas
para entregártelos a
ti
cuando te encuentre
otra vez
y el amor nos reúna
llevándote todas mis
desilusiones,
volando como insectos
de luz en canciones.
Desencuentros casuales,
que sólo sean vuelo
de un día,
que nos rocen sin
tocarnos,
que apenas
desaparezcan
de nuestras vidas.
¡Cuánta esperanza
anida en mi corazón
irradiando luces en las sombras
que aún nos circundan
siguiendo un ideal
todavía no alcanzado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario