Risas compartidas,
alegres,
risueñas,
cómplices de vida,
de intereses y amistades
y amores.
Risas compartidas,
secreteadas,
plenas de confianzas mutuas,
ligeras y leves,
a veces misteriosas.
Risas de encuentros que inspiran
desde el alma felicidades
internas.
Sentidas e íntimas para compartir.
Risas que como cascada
s se lanzan al níveo aire
para volar en cielos abiertos.
Risas que como acordes
sincopados se suceden sin cesar
como
preámbulos de regocijos internos.
Los rostros gesticulantes
y ansiosos denotan la alegría de vivir a
pleno.
Risas compartidas
que conlleven a la pureza del alma
y al amor de mundos
interiores.
Se elevan cual gorjeos de pájaros
dejando tras de sí,
brillantes
ecos repetitivos
que endulzan las almas
con armonía y amor.
Risas que como voces internas
se deshojan entre verdes esperanzas
de edenes cercanos.
Risas compartidas,
rictus de placer florecido
en un mar sin fin
de
un intenso vivir amando y riendo.
¡Ríe a la vida, al amor,
a la amistad pura y sincera!,
que los hilos
tejidos por el viento
lleven la risa a todos los recónditos lugares
del orbe
donde revivirá el amor
y la amistad únicas y verdaderas.
Risas compartidas,
sorpresas,
de esperas en promesas de felicidad,
de diálogos de miradas
atentas,
milagrosas,
consuelos y bálsamos de nuestras almas
que nos unen en una
alianza continua,
permanente,
constante y sentida.
Risas compartidas,
surgidas de silencios percibidos,
enlazantes,
de almas que vibran de amores
escondidos
que florecen siempre en momentos de atisbos plenos
de ternuras y
caricias con arrullo estremecidos
del placer de amar.
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