Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 22 de marzo de 2013
Paisaje lunar
Paisaje lunar, nos cobija y
protege con su luz cenicienta y a veces, brillante que ilumina nuestro amor
como alas de ángeles vibrando en el paraíso terrenal.
La felicidad nos acuna y en un
marco de crepúsculos entre tus brazos tiemblo viviendo momentos sentidos en el
umbral del hoy.
Sentirnos como realmente
estamos, flotando en un espacio-tiempo misterioso… pero todavía mágico y
cálido.
Paisaje lunar, luna de los mil
deseos que el paisaje baña bajo su luz donde se refugian nuestras ilusiones y
anhelos apasionados de un amor real con sentimientos sinceros.
Paisaje lunar en el que el
viento sopla tu nombre y tu reflejo veo en la luna, sintiéndote mío.
¡Ay luna! que mis sueños
alumbras, quizás pueda tu brillo alumbrarme y llevarme a lugares donde como
flechas perfumadas escriba mis palabras, en poemas de amor que viajen hasta el
alma de mi amado amante.
El sentir divino no admite
temores, sustenta amores.
Paisaje lunar, bajo las costas
de nuestros sentimientos a tu espíritu llegaron mis versos, mis palabras de
amor, mis poemas mágicos que se abrieron como flores para ti.
Luna, que con sus rayos de plata
iluminan con su luz infinita cada paso que hemos recorrido andando por tu senda
señalada sin tropiezos y sin miedos y contemplada noche a noche por tus grandes
ojos fijos deslumbrantes de pasión.
Tú, luna, luna de mis noches que
iluminas el horizonte para contemplar las estrellas, abres caminos de luz
cuando todo es oscuridad y vacío y me conduces al amor esperado.
Paisaje lunar, entre colores y
mil deseos haces palpitar el amor entre temblores, gozos y pasiones,
refugiándose las ilusiones entre clamores y besos.
Paisaje lunar, amor de luna, luz
de mis amores buscando las sutilezas del que desde lejos me ama.
Iluminas los océanos de amor
para que dándonos cuenta de que amarnos nos lleva a lo inmenso, lo más
inmediato de lo inmenso es ese océano vibrante, brillante, pleno de vida.
Paisaje lunar, su influjo nos
traspasa el cuerpo haciéndonos sentir el bálsamo de amor que acaricia nuestros
corazones en un palpitar de emociones.
Embriágame con tu mirada
Embriágame con tu mirada, dame
la fascinación de reflejarme en tus ojos de miel, necesito tus palabras de
amor. ¡Ámame!
Sólo se necesitan miradas, caricias,
suspiros para que las emociones se eleven hasta horizontes lejanos y el amor
nos conduzca como dos seres únicos que vuelan al orbe infinito.
Embriágame con tu mirada,
llévame al mundo que por doquier lucen los verdes, los rojos, los azules y el aire
revolotea tibio, alegre, donde renace la vida clamando amor y temblando de
emociones, a alas tendidas, reclamando un sitio para reposar y anidar, amor de ojos,
de bocas, de manos, de alas y de vuelos.
Embriágame con tu mirada,
enfrentemos juntos la naturaleza y la vida, las promesas y la realidad.
Llévame bajo tus alas, detrás
del perfume de algún cielo y que esta felicidad soñada me acune temblando de
emoción por tu mirada tierna y apasionada.
Embriágame con tu mirada, que
como cegadora luz que nos rodea mis ojos son los que te miran para saber
quienes éramos tú y yo: la luz de dos.
De dos, porque mis ojos
embriagados por los tuyos sólo pueden verte a ti.
Ni recuerdos nos unen, ni
promesas, lo que nos enlaza sólo entre dos, únicos dos, tú para que yo te mire
y yo mirándote vivir podamos ver esa luz.
Que nuestro amor se encuentre en
un lecho de rosas, sin heridas ni sufrimientos, ni dolores y si aparece la
pena, sólo lo haga con aroma a conquista, un olor a gloria.
Embriágame con tu mirada, déjame
sentir la paz en tu interior, manos llenas de amor, riqueza en tus letras
cuando se oyen en el aire, aire que fluye llegando a mis oídos como notas
tocadas en un piano que se sienten en el alma colmada de paz y amor, felicidad
y alegría cada vez que en mis ojos tu mirada se aposenta.
Embriágame con tu mirada y como
una flor no lejos de la noche mi cuerpo mudo se abre a la delicada urgencia del
rocío.
Vida, mi vida, déjate enlazar de
fuego, de silencio ingenuo y en un canto arrepentido vigía detrás de mis
poemas, mirarme en tus ojos, sin miedos, para hacer de mí la ofrenda, el ramo
que el viento abandona en el umbral.
Sol de mi otoño
Sol de mi otoño, amor con
fulgores desde la colina de amapolas irradias la luz que seca las fuentes del
llanto.
Y el sol salió en mi otoño, por
tu sonrisa, tus palabras tiernas, los desconsuelos se fueron con tu amor aún en
la lejanía que no puedo negar, que no puedo callar.
Sol de mi otoño, abriste los
canales de mi alma sorprendida y dibujaste arabescos de color en mis oídos.
Cuando quise darme cuenta la
vida había hecho volar el umbral de mis senderos, cuando el amor y la felicidad
son una búsqueda permanente. su vuelo es inagotable.
Sol de mi otoño, vibro ante la
ternura de tu mirada, soy fuerte ante tu tesón y fortaleza.
Soy tu amada amante que sueña
despierta.
Amor de otoño que hace huir el
ocaso.
Amor… ¿oísteis?... amor.
¿Acaso no ven como arde todo a
su paso? ¡Himno de fuego que el sol levanta y amor que todas las cosas canta!
Sol de mi otoño, iluminas mi
vida, eres mi consuelo y mi amparo, sin ti mi alma dolorida retumbaría en el
tañir de campanas de duelo.
Sol de mi otoño, me liberas, mi
espíritu vuela hacia ti en pos de tu amor, profundo y único, me llevas hacia la
luz desde un tiempo lejano y me conduces a valles vestidos de fiesta cuando sus
rayos doran las cimas desde el bosque umbrío.
Sol de mi otoño, amor que crece
aún cuando en las frondas el viento ruge, gime y jadea y al rudo empuje, frágil
la rama vacila y cruje.
Sol de mi otoño, ¡himno de fuego
y amor que el sol levanta hacia el infinito para que podamos renacer al fin
juntos los dos!
Sol de mi otoño, pregunto,
¿podrás curar mis heridas, la de los ayeres perdidos y llenarme de hermosas
vivencias?
Tu sonrisa me devolvió la vida y
tus manos despertaron los deseos de volver a amar.
Me abrazas y sueño con quererte,
te acaricio y sueño con que me quieres.
Sol de mi otoño, vivamos juntos
y oculto en secreto nuestro amor vivirá por siempre.
Dos caminantes
Dos caminantes de la vida, tú y
yo, juntos en un pedazo de cielo con vibraciones distantes y entre sueños
envueltos en tules y mantos, caminaremos unidos hacia el más allá que nos
espera, entre nuestras sonrisas que alegran la soledad ya ida.
Dos caminantes rodeados de
blancas nubes vigías, flotando sobre el agua con luces encendidas que el amor
arrulla.
Dos seres que sin mañanas, sin
neblinas y sin misterios en tardes otoñales, silenciosos van, sin alas, por los
aires como aves ligerísimas.
Dos caminantes, los que a su
paso arrullan las oscuras golondrinas entre frondas verdecientes buscando una
mirada donde el amor gozoso encuentra sombras bellas, gráciles que se
deslizarán en su ruta, entre besos y escenas de colores.
Dos caminantes que viven el amor
con la hermosura posible, entre tinieblas con las luces que esquivan.
Ya no más esperanzas perdidas en
éste hoy, se ofrecen breves dosis de retorno a ilusiones ya idas.
Dos caminantes ansiosos de estar
juntos, revoloteando por el aire sus voces apocalípticas con alas de profecía.
Dos caminantes que piensan y
aman en el crepúsculo para alcanzar con suspiros el cielo y volar libres y
danzar en un cortejo de besos rozándose casi sin tocarse, ya que en dulce
tibieza, de a poco encender el fuego del amor en insaciables ansias de amar.
Dos caminantes que arrobados
marchan paralelos al tiempo en un afán sin término para salvarse de no
encontrarse.
Rodeados de esa luz
inextinguible ya que el camino bordeado de estrellas los conduce a su lar,
avanzando en claridades casi a ciegas porque la búsqueda es donación de la
vida, entrega total, sin misterios, donde las preguntas retumban y los ecos
contestan.
¡Amor, eres mi vida!
Dolor de amor
Dolor de amor, sentir que amé y
nunca fui amada verdaderamente.
Poema de amor y dolor por no
hallarlo y el alma llora, la mente se nubla, el corazón se hiela.
Dolor de amor, sentir que se te
escapa la vida en un momento, sentir que todo en tu entorno se desgaja en mil
ramas al viento y que con él se fue tu alma.
¿Vivir o morir, amar? ¿Qué es lo
que te lleva a hundirte hasta los abismos más insospechados dejando de ser uno
mismo, confundiéndose con la nada?
Dolor de amor, que te hace
descubrir con tristeza que todo es pasajero, fugaz, leve y que el amor que yo
siento es de un alma de poeta.
Dolor del alma, por este amor
sin límites que me ha conducido como peregrina a altas cumbres ascendiendo sin
saberlo al paraíso.
No despedidas, no resignaciones
por el amor perdido, ya que tal firme sentimiento que tanta luz e impulso diera
a mi vida no puede perderse en la nada. No lamentos ni llantos, sí recuerdos de
un culminar que iluminará mi vida por siempre.
Dolor de amor, las palabras
mudas quedaron en el aire ya no se siente el repiquetear de las letras en
poemas de amor, buscan la luz, la alegría, el júbilo para aparecer y dejarse
caer sin sombras de la realidad, en hojas apergaminadas donde la alegría y la
felicidad florecerán otra vez, ¡y el amor!, el amor como una ilusión inundará mi
alma nuevamente y ya no sentiré la soledad sin amor ya que dejará el dolor de
ser una pálida sombra de la realidad.
Chispazos de recuerdos
Chispazos de recuerdos, vienen
desde el ayer cercano, uniéndome a ti, apareciendo con tu voz susurrante que
endulzó mi vida y que apretándome el corazón al derribar mis murallas tantas
veces levantadas para no sufrir ni ser herida.
Chispazos de recuerdos, que como
diálogos de nuestras almas en miradas atentas, sorprendidas, milagrosas,
sorpresivas, consuelos y bálsamos que nos unen en una alianza continua,
permanente, constante, sentida.
Chispazos de recuerdos, de
carcajadas frescas que repercuten en mi memoria que dormida quedó desde que nos
alejamos.
Te pienso, te respiro, te
extraño y hasta siento la caricia del alma que tú mi amado una vez allí
dejaste.
Chispazos de recuerdos que
invaden mi mundo viviendo otra vez hora tras hora la dichosa vida de ilusión y
pasión que me hará esperar siempre ese amor vivido.
No existe brevedad en el tiempo
del amor cuando es recordado ya que fueron y seguirán siendo momentos únicos e
irrepetibles.
Chispazos de recuerdos que
dejaron en palabras escritas en las madrugadas cuando te pienso poemas hilados
en pensamientos entrelazados.
Chispazos de recuerdos que como
relámpagos en el aire en una tierra prometida colma mi memoria que se inunda de
ausencia.
Pasan por mis ojos calles
lluviosas que recorrimos juntos, labios que se besaron con pasión, voces que se
colgaron de mis letras.
Chispazos de recuerdos que
atesoraré por siempre desnudando mi alma para no olvidarlos.
Hoy, tal vez, sólo escuches en
mis nostalgias solitarias y plenas todas las letras de mis frases de amor que
atrás quedaron entre colores y risas.
Chispazos de recuerdos, siento
en cada poro de mi piel tus caricias suaves y hoy empecé a llorar por fin y a
cubrirme de entera soledad.
No existen los adioses ni las
despedidas, no se pueden romper en mil azogues de plata lo vivido intensamente.
Chispazos de recuerdos del
tiempo vivido no perdido en horizontes lejanos, sí sentidos para siempre,
uniéndonos en una verdad imperecedera que será nuestra luz y nuestra guía en
esta vida donde lentamente caminando por apartados senderos nos seguiremos amando
hasta convertirnos en el mundo de dos.