Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 5 de junio de 2013
Tal vez
Tal vez,
la felicidad nos
inundará si en este crepúsculo de múltiple colores los claros ríos de aguas
cristalinas nos brindarán su esplendor y se reflejarán en ellos nuestro amor.
Los dos.
Tal vez,
si las rojas
clavelinas, las perfumadas rosas, los azules de los acianos, si las amarillas
amapolas, el amor de la celidonia, nos infundieran energía, vitalidad,
estaríamos siempre juntos.
Los dos.
Tal vez,
si las deliciosas
cerezas de agridulce corazón, las frescas ciruelas, las rojas frambuesas, los
milagrosos arándanos, las puras grosellas nos envolvieran entre sus dulces
sabores, nos abrazaríamos muy fuerte.
Los dos.
Tal vez,
si los vientos se
congregaran después de la puesta de sol y soplando formaran una gran orquesta
tocando, homenajearían nuestra unión.
Los dos.
Tal vez,
si las hojas del
roble solitario nos dieran su energía estimulante, si las hayas que sólo saben
hablar de amor, sí murmurar el nuestro, los ombúes centenarios con sus grandes
copas nos ampararían entre sus ramas, seríamos muy felices.
Los dos.
Tal vez,
si como una hoja
amarillenta transportada por el viento me dijeras cuánto me amas, si una
libélula bailarina me rozara al revolotear con el viento y me recordara tus
caricias ¡qué felices seríamos!
Los dos.
Tal vez,
si pudiéramos oír
las palabras, los sonidos, las frases del lenguaje de las plantas, de las
flores, de la naturaleza, todos viviríamos una eterna fiesta de dulce y sereno
amor sin que todo fuera un sueño.
Los dos.
Tal vez,
si en una noche
larga y tormentosa, juntos pudiéramos ver cuando la aurora tiñe el cielo de
rosa, emergiendo poco a poco por la cresta de los montes, estaríamos enlazados
en un apretado abrazo sensual y casto a la vez.
Los dos.
Tal vez,
si cae el pulso
agitado de nuestra sangre sobre el plato sonoro del silencio, el que custodia
el hechizo de nuestro sueño, nos besaríamos con pasión, agitándonos en el aire
por el largo alumbrar del movimiento.
Los dos.
Tal vez,
si estás ahí,
rezagando mi camino, serías ancla de oro y cadenas de mi anhelo, piel que adivina
el pulso de mis ojos, cruz que aprieta las nubes contra el cielo, nuestras
voces se oirían sobre el mundo como un cántico puro de amor.
Los dos.
Tal vez,
si la sabia
naturaleza nos envuelve y ampara como el fresno colmado de amor y de poesía,
las aves que emiten una dulce melodía que se difunde entre el cielo y la
tierra, nosotros nos elevaríamos por el infinito azul entre loas de felicidad y
alegría.
Contigo soy feliz
Contigo soy feliz
(sueño día y noche con estar a tu lado y en mi duermevela busco tu alma clara y abierta por caminos anchos y altos muros para guardarlo, escondida sólo para mí).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(siempre me pregunto dónde estás, si tú no estás ausente te siento conmigo, veo tu cuerpo alto que se termina voz como en humo la llama, en el aire impalpable).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(me inspiras tropeles de versos que abren las alas y vuelan levantando un tembloroso remolino de cadencias que nacen de mi amor por ti, son frases nobles, cláusulas marmóreas, blancas que lentas pasan al pensar en ti).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(el silencio nos une, el hondo que nos hace llegar a lo profundo en nuestras almas quebrando surtidores delicados, en la tierra de lluvia recién mojada llamándonos con su húmeda voz desde un mundo muy remoto a otro mundo muy lejano siempre unidos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(cada amanecer flores acaban en rimas, versos que empezaron tallos hasta el jardín más quedo va floreciendo por el amor insólito que acomete por los altos riscos azules del aire).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(te siento tan cierto y mío, seguro que hoy, que aquí, que tu evidencia es el filo con que me hiere tu abrazo, se gastarán tus caricias en días y noches blandas y poco a poco te voy queriendo más, amor, no quiero que te vuelvas recuerdo, sombra esquiva entre mis brazos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(en nuestro lenguaje sutil cuando los cristales duplican el blanco disco de marfil de la luna, nos unimos y nuestras voces tiemblan plenas de ansiedad y muchas veces, misteriosas frases de amor vuelan como visiones que se ocultan al llegar la aurora).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(sin querer, te quiero, el estar juntos… tiene saber a poco, siempre que estoy a tu lado cada día quiero más de ti, eres mi silencio azul en las etéreas alas que descienden por diáfanas escalas a las aguas turbulentas y profundas que inundan nuestras almas).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(nuestro paso armonioso nos lleva en plena noche por el campo abierto. Los astros nos observan con tenue empeño y las lomas echadas de bruces nos miran en silencio).
Juntos somos uno, aspiramos la calma que nos une, con perfume a trébol mientras se alborozan todos nuestros recuerdos de nuestra vida juntos y la luz nos ilumina de puntillas, en el alba lanzándonos a las nubes para amarnos siempre como voces.
Loca soñadora
Tú, sí, loca soñadora que vives la vida entre risas, bailes, ilusiones y anhelos de amor, ¿ no sabes acaso que todo eso se vive en tan sólo instantes radiantes en tu raudo existir?.
Loca soñadora, crees que toda la vida es única, que no sean nunca iguales las cosas que son las mismas.
Y aunque no lo demuestren cristales ni balanzas, diferencias minúsculas aseguran a un ala de mariposa, a un grano de arena, la alegría inmensa de ser otras.
Y tú, loca soñadora, eres diferente, crees en el amor eterno en la felicidad sin fin y por eso prometes los siempres con tu alma y con tu boca.
Loca soñadora, tienes tu corazón entregado a la vida sobre el río inquieto de tus pies y manos.
¿Qué sendas cruzarás audazmente con tu risa franca, tu aire cálido y la salud luminosa de tus palabras? .
Loca soñadora, ofreces por doquier panales de luz y música sincopada y de tu pecho brota vino de amapolas para borrar aquellas máscaras feroces que se te cruzan en tu camino llano pero con espinas que tú sorteas con tu pletórica imaginación.
Loca soñadora, vas entre los racimos embriagantes de las sombras para aplacar la sed de amores que tu corazón te implora.
Tu mente divagante te lleva con ansias a regocijarte en el vacío, de rodearte de la Nada para propulsarte hacia lo Eterno.
Loca soñadora, asaltas tu alma cimbreante y te sientes pájaro perdido buscando el espacio justo para ser bien recibida.
Eres una peregrina, aventurera, audaz, buscando encantos perdidos en el más allá, en lo inesperado que te envuelve cuando menos lo esperas.
Loca soñadora, placeres, quereres, poderes, envidias, falsedades, obstruyen la porosidad lumínica de tu ser, pero recuperas en breves momentos ese saber estar que sólo se halla en la felicidad contigo misma.
Loca soñadora, tu vida transcurre sin tregua, con pausas moduladas, con insistentes sobresaltos como queriendo volar.
¡Amas la vida con total intensidad, de allí tu locura en tus ensueños de amor como una forma de recoger el aroma del mundo y sentirse dentro de él… ¡Amando!