Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 24 de junio de 2013
Después
Después de estar juntos, mi vida cambió, tu perfume lejano perdido en tu ausencia, satura el recuerdo de nuestras noches de amor.
Flotan en el aire letras, sílabas, surgidas de una pluma mágica que suenan como dulce melodía como escapadas de mi alma hojas frescas del adiós.
Después del letargo imprevisto, impredecible, que arrastra en sus alas minutos y horas vividas ya lejanas, vivo hilando ilusiones y sueños para encontrar ese imposible amor verdadero.
Debes marcharte con tu gris ausente, con tu piel de viento, con tus alas asfixiantes, con tu amor que ata.
Después comenzaron los adioses, lentos, enredados, sin explicaciones ni tuyas ni mías, adioses de lágrimas y de cantos tristes y riendo y llorando nos separamos una vez más sobre el agua del adiós de soledades insalvables, de distancias imperdonables.
No hay más nido, tú volaste, fuiste un cuento, un sueño roto, un espejo sin reflejo atormentado muñeco de papel, seguiste tu sueño solitario.
Después la página en blanco se tiñó con letras, poemas, frases, surgidas de lo hondo de mi alma que renace otra vez, despierto entre dulces músicas antiguas que suenan como fantasías de metal, como agua fresca de manantial.
Después quisiste volver pero no encontraste lo que ayer dejaste, ya otro amor como gran alma mágica tocó a mi corazón y río y canto, soy feliz otra vez, veo el horizonte desde otros brazos y cierro los ojos y escucho rumores y caricias nuevas, tú ya eres tan sólo una voz lejana.
Después ve tú donde quieras, sigue, si quieres creciendo, yo ya tengo nuevas ansias, nuevos latidos que bailotean en mi alma, ya no existes, te siento como una sombra.
Ahora vivo el momento más perfecto, tan sin par, tan verdadero, tan único, tan buscado, es la hora de soñar lo que anhelé por siempre, exultante de pasión, tan plena de deseo de ser amada, de ser acariciada y besada, regalándome vida.
Después encenderé la lámpara de las promesas y del amor deseado y mis labios no estarán más solos ya que en delicias de besos estarán impregnados, besos presentidos y deseados.
Después el fino aliento de un querer apasionado, de una entrega total que sin querer brota como un río de caricias.
Después… todo, vivir sin miedos, dudas ni llantos.
Alborada
Ya brillan los colores de la aurora fantástica, incierta, velada en su manto de fino tisú.
Alborada, las flores despiertan y el amor en armonía con la luz del alba ilumina nuestras almas.
En el verde del bosque se van abriendo las alas y el viento huye a su gruta en el frescor de la madrugada.
Nuestros cuerpos se alumbran, quietos y callados, esperando el canto roto de un grillo, la queja oscura de un agua, como sol quebrando la alborada con rayos fundiéndose en espejos.
Alborada, misterio develado bajo el ritual del canto de los pájaros que con gotas de rocío, dibuja en las palmas de tus manos, mis besos como brasas apasionadas.
Alborada que se asoma y es testigo de cuanto nos amamos en una secuencia de torrentes de amores, aproximando nuestras almas con ternura, riendo en el alba pura del éter.
Alborada donde se aloja toda la soledad inexplicada, horas lentas, pausadas, que nos llevan al abrazo cálido y al aliento con lágrimas de un todo en esta nada.
Reimos en el alba pura del éter precipitando de mis ojos a tus ojos.
Alborada que hace cambiar la mañana pálida con una sonrisa sonrojada que tú creabas, dibujándola en mi rostro.
Alborada, traes claridad absoluta, transparencia impoluta, limpidez como en el fondo del río, dando a nuestro amor, horas de luz, claridad sin posible declinar.
Percibo en la alborada que me abraza un símil del edén que me sublima y me lleva hacia ti mi amado amante, como una llama de plata, una flor, una sonrisa que se abre maravillosa en la luz que nos envuelve.
Enredadera de amor
Enredadera de amor, me envuelves en tu capullo entre hojas verdes y flores perfumadas, me siento atrapada entre tus brazos como una hiedra estremecida asciende mi vida sobre tu cuerpo y en mis manos tiemblan las estrellas.
Enredadera de amor, tiene forma de besos, de brazos, hacia mí, nos vamos juntos temblando de futuro, a sentirla de prisa, segundos, siglos, siempres.
Enredadera de amor, gozo, delicia lenta de gozar, de amar, de promesas vibrantes y tensas.
Suya me siento antes de su llegada, siempre lo espero con mis ojos cerrados ya que franqueará su paso abriendo la enredadera que nos cubre, su esperada llegada a lo imposible.
Te espero entre verdes follajes y campanillas azules que como nido de amor cálido y tierno nos cobijará y te siento venir por tus sonidos tan tuyos, viniendo de tu ausencia con ese largo rodeo que das para venir.
Enredadera de amor, abrázame con tus lazos, déjame sentir tus hojas verdes acariciadas por la brisa tenue en todas las madrugadas de nuestras vidas.
Enredadera de amor, no te enredes en el temor, que tus tallos no se sequen y sin flor no dejes que lazos del dolor quiebren tus raíces tiernas ahogándolas.
No permitas que tu vida se retuerza y caiga al vacío, no dejes que enredaderas del fracaso agarren fuerte tu destino.
Deja que lazos de perdón nazcan y broten en tu interior, sólo así podrás treparte como enredadera de amor.
¡Vamos enredadera de amor, buscando siempre más alto!
¡Préndete con firmeza para florecer en el cielo ante sublime belleza!
No te rindas nunca llévame contigo siempre abrazada a mi amor, quiero estar en tus ojos como llama de crepúsculo y que tus hojas caigan en el agua de tu alma.
Apegada a tus brazos como una enredadera, las hojas secas de otoño giran en tu alma, recogen tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor que en mi seno arde, dulce jacinto azul durmiendo sobre mi espíritu todo.
Enredadera de amor, eres mi existencia entera, mi eterna pasión, eres mi libertad, mi quimera, mi confusión, mi nota, mi guía, mi gran obsesión.
Descubrir tu voz de enredadera, anudarse a mis ojos vueltos hacia la noche y sentir el rastro de tu boca, sombra que se detiene en el misterio de mi cuerpo desnudo entretejido de hojas verdes.
Mi corazón tiembla como canto de nadie, soy tuya hasta tus raíces, soy sangre sin hambre, dolor sin dolor.
Gajito de enredadera, déjame estar entre tus ramas y llegar a la cúspide de tu amor enredada entre tus brazos.