Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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miércoles, 10 de julio de 2013
Con amor
Con
amor,
si
tienes un día que elegir
entre
el mundo y el amor
recuerda
si
eliges el mundo
te
quedas sin amor
pero
si eliges el amor
con
él conquistarás el mundo.
Con
amor
llegaré
a la cima del horizonte
donde
no hay nada más que luz
y
desde allí te veré
con
mil miradas ardientes,
todo
tu cuerpo,
tus
labios,
tus
manos.
Con
amor,
me
izaré al cielo azul
en
volandas de nubes
y
gozaré con total placer y pasión.
Con
amor
tú
serás mi vida entera
te
la entrego
entre
amapolas,
rosas,
alegrías,
frondas
verdes,
soy
tuya y lo seguiré siendo.
Con
amor,
mi
piel palpita,
mis
senos se excitan al tocar tu piel
mi
cuerpo se balancea
y
grito con absoluta voz de verdad.
Te
quiero,
te
amo!!!
Recorro
con mi imaginación
con
deleite
sin
reloj ni calendario
los
momentos de amor vividos
cuando
nuestros cuerpos
se
encontraban en un mundo
como
de sueños
cuando
se volvió
nuestro
dueño.
Con
amor
mi
voz calla
no
ha de escalar lo indecible
y
cuestionar lo visible
ni
exceder el entendimiento.
Con
amor
la
vida es un paseo
por
un cuento
para
no despertar nunca
y
en ardiente lumbre
en
un eterno recomenzar
desde
la cima a la cumbre,
gozamos
ambos
desde
la cresta a la breña,
ensueño
que nos despeña
hacia
la eternidad.
Soy
toda tuya
en
un eterno recomenzar.
Sin ti
Sin
ti,
¿quién
soy?
¿cómo
vivo?
Soy
una hoja amarillenta
llevada
por el seco viento
del
silencio
al
silencio.
Tal
es el viaje completo.
En
el trayecto,
te
pienso,
te
extraño,
te
busco
entre
bacanales,
falsas
algazaras
proesas
musicales sin sonido,
pero
en ambos confines
del
paisaje,
silencios.
Sin
ti.
Es
viajar sin equipaje,
entre
fauces abismales,
engañosas,
acechando
entre mentiras falsas.
No
puedo burlar
el
férreo derrotero
para
alzarme
y
encontrarte.
Mis
ecos están en el timón
el
rumbo escrito,
un
bandazo final
y
naufrago
voraz
silencio engulle mi grito.
¡Sin
ti, no puedo vivir!
y
me desangro entre mis venas
desnudas
y sola
estallando
en cabriolas locas
en
un mar nocturno y volcánico
con
un furor satánico
que
azota mis senos
y
todo mi cuerpo tembloroso,
a
ciegas en la negrura
me
disolví con la espuma
me
remonté con la bruma,
me
desbridé con el viento.
Sin
ti,
un
hondo sentimiento me recorre
y
se aquerencia
en
mi interior,
destella
luz cegadora
en
mi esencia,
como
en un símil inverso
del
paraíso.
Sin
ti,
no
duermo
un horizonte plomizo
desembala
mi mañana
y
golpea mi ventana
creo
que eres tú,
pero
no,
es
un pájaro
que
presiente mi tristeza
y
mira mis manos desoladas,
moradas
donde
la piel es fría
por
no tener tu calor.
Impaciente,
sin
ti,
grito
de dolor,
turbada
toda con ideas
empecinadas
de
muerte y mareas
que
zarandean sin resuello
mi
alma y mi mente.
Hechizos
se alzan,
mis
puños,
a
costa de rasguños,
golpean
todo,
y
mi denuedo
es
un total combate
conmigo
misma.
¡Sin
ti no puedo vivir!
Tiempo del adiós
Tiempo
del adiós
se
me perdió el amor
ayer
estuvo cerca,
muy
cerca,
hoy
ya no dijo ¡adiós!
Transitó
por mí,
con
sus caricias,
sus
gozos,
sus
sonrisas
su
entrega.
Tiempo
del adiós,
ahora
sólo rescato tu rostro
del
silencio ahumado
sin
miradas.
Su
silueta,
su
porte fino,
elegante,
se
ha filtrado en el tiempo
entre
sordinas y esmeriles.
El
recuerdo
es ya olvido.
Tiempo
del adiós
el
fuego que era nuestro sustento
dejó
sólo sus cenizas en mi aliento
no
he muerto,
te
he dicho ¡adiós!
Desvivida
y realizada
me
encontrarás en el durazno
presa,
donde su piel,
estío
enamorado
perfecciona
el temblor
de
cada beso
y
hasta mi corazón,
multiplicado,
arderá
entre las ramas del cerezo.
Tiempo
del adiós,
ya
mi voz
entre
tímidos fanales de amor,
no
enciende su ardor
ni
su perplejidad eterna,
en
movimiento continuo.
Creí
que eras el esperado de siempre
con
tu voz melodiosa
y
seductora,
música
para mi sangre,
harta
de pájaros
o
diálogos inventados.
Fuiste
mi sueño creído
milagro
realizado
el
impulso que hacía arder mi sangre
y
ahora ya estás en el pasado
en
el tiempo del adiós.
De
ti apenas sobrevive
una
imagen difusa y estival.
Tiempo
del adiós,
no
deseo olvidarte nunca
quiero
apresar la sosegada llama
que
entibia mis ojos
pensando
en ti.
Quiero
perderme
en
la enigmática y secreta
zona
de la alborada
donde
digo carmín,
azul,
violeta,
y
al nombrarlos se esfuman
en
fantástica pirueta airada,
llevándome
hasta volver a alcanzarte.
Allí,
en lo imposible,
pero,
herida,
me
desplomo
como
golondrina lastimada y sola.
Tiempo
del adiós,
en
mi vida estarás siempre
entre
mis sueños,
tu
esencia,
no
los contornos de tu perfil
sino
tu sustancia
cuyo
temblor hace latir mi alma.